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NoticiasTranscripción
00:00¡Buenos días! Empecemos con una parábola. A todo aficionado mallorquín al tenis le gustaría
00:04intercambiar unos golpes con Rafa Nadal. La cosa cambia si le proponen que este choque desigual
00:09tenga lugar delante de las cámaras, con el objetivo de difundirlo a todo el planeta.
00:13Más de uno cambiaría de opinión, por miedo al ridículo global. Con las exageraciones de rigor,
00:19el Mallorca se enfrenta al mismo dilema mañana en Arabia Saudí, nada menos. Es un honor haber
00:24llegado a la Supercopa, donde solo caben cuatro equipos, incluidos Madrid y Barça. Una vez
00:29establecido el emparejamiento con los madridistas, surge el vértigo. El Mallorca va a disputar en
00:35Arabia el partido más visto de su historia. El partido más visto no tiene por qué ser el más
00:40vistoso. Además, las opciones mallorquinistas son mínimas y ojalá nos equivoquemos. El club
00:46mallorquín no solo ha de luchar contra el Goliath blanco, tiene que invertir el signo de una
00:51competición donde la final por contrato ha de ser Barça-Madrid. Hay tres opciones, una victoria
00:57mallorquinista ante los blancos que solo contemplan los soñadores, una derrota mallorquinista discreta
01:03por uno o dos goles que mantenga intacto el prestigio de nuestros representantes y, en tercero
01:09y peor lugar, una goleada blanca que empañe la proyección mundial del Mallorca. Y en este caso,
01:15sería mejor no haber ido.