• hace 8 años
La batalla legal de una niña para ser congelada después de su muerte centra la atención de la prensa británica. La pequeña, cuyo nombre no se ha hecho público, tenía catore años y falleció el mes pasado víctima de un cáncer. Su cuerpo fue inmediatamente trasladado a Estados Unidos por una empresa especializada en criogenización.

Cumplir su última voluntad (que conlleva un gasto de unos 44.000 euros) no fue fácil, ya que su padre, al que no veía desde hace 8 años, se oponía y recurrió a la justicia. Entre otras cosas, el progenitor argumentaba que no estaba probado que en el futuro se pudieran revivir cuerpos criogenizados y que, en el caso de que fuera así, la niña podría despertar sin parientes, ni referencias, quedando en una situación desesperada.

Arropada por su madre, la niña argumentó ante el juez que sabía que iba a morir, pero que se sentía muy joven para hacerlo, por lo que quería ser congelada con la esperanza, por muy remota que fuera, de ser reanimada en el futuro.

El juez decidió que su madre era la persona más adecuada para cumplir los deseos de la pequeña y prohibió que se hiciera público el caso hasta después de su fallecimiento.

#newsgraphic Cryonics: an experimental process of preserving a body for possible future medical breakthroughs AFP pic.twitter.com/Df98Y7a5jB— AFPgraphics (AFPgraphics) 18. November 2016

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