• hace 8 años
El infierno se llama Fort McMurray… Unas 90.000 personas, todos los habitantes de esta próspera ciudad canadiense de la provincia de Alberta, han sido evacuadas ante el imparable avance de las llamas. La sequía, el viento y las altas temperaturas conforman un cóctel letal para los frondosos bosques de la zona contra el que poco o nada pueden hacer los servicios de bomberos. Por el momento, solo dos personas han muerto por causas relacionadas con los incendios.

Los esfuerzos de las autoridades se centran principalmente en la evuación, por tierra y por aire, de la población. Atrás dejan una panorama dantesco. Cerca de 2.000 viviendas han sido pasto de las llamas o han sufrido daños severos. En menos de una semana, han ardido más de novecientos kilómetros cuadrados de bosque… En los centros de acogida, se mezcla la impotencia y la incredulidad:

- “Es como si si fuera una película, nunca había visto nada igual en mi vida”, decía un hombre.

- “Creemos que nuestra casa sigue en pie.

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