Madrid, 26 feb (efesalud.com). La psicóloga clínica, Miren Larrazabal Murillo, sale al escenario sexológico para tocar en solitario el tema estrella del rey de los juguetes sexuales femeninos, "vibrator", un elemento imprescindible en los dormitorios que se tiene que tararear "sin miedo" para conseguir orgasmos existenciales "de una forma más sencilla".
Los hay de todos los tamaños, formas, texturas, sabores, olores y colores, pero básicamente los hay que bien excitan el clítoris, órgano sublime del orgasmo de la mujer, o bien se emplean a fondo en una doble estimulación, clitoridiana y vaginal.
Tanto los unos como los otros nos ayudarán a consolidar las relaciones de pareja o a sobrellevar nuestra soledad deseada. Para Miren Larrazabal, la sexualidad no puede reducirse a la genitalidad o al coito, y debe implicar a todo nuestro cuerpo y a todos nuestros sentidos.
"El sexo tiene que ser sano, libre, seguro y también lúdico, por lo que podemos emplear juguetes eróticos que nos ayuden a alcanzar estos objetivos. El vibrador nos proporciona goce sexual al vivificar nuestros órganos genitales como lo puedan hacer la lengua o los dedos de la mano", dice.
La especie humana está dotada como ninguna otra para el contacto piel con piel, y aún así necesitamos un simulador artificioso casi natural.
"Muchas mujeres me dicen en la consulta que no alcanzan el orgasmo o que tienen muchas dificultades para conseguirlo, y yo les digo, como hago ahora en este vídeoblog, que se masturben con un vibrador, objeto casi carnal que les ayudará, sin duda, a alcanzar orgasmos de una manera mucho más sencilla y satisfactoria".
Pero el vibrador no pretende sustituir o competir con la pareja, solo abre un mundo nuevo lleno de sensaciones maravillosas.
"Tenéis que tranquilizar a vuestr@ compañer@ de cama, sin provocar culpabilidades o temores. El vibrador es sinónimo de estimulación mutua, no de arma arrojadiza o escudo protector electrificado", argumenta.
El vibrador también aporta creatividad en el juego "tuyo mío" de la pareja, lo que conducirá a generar sentimientos y deseos que de otra forma pueden quedar ocultos, de incógnito, o aparecer cuando ya es demasiado tarde.
Además, aportan otros beneficios saludables: conocimiento sexual mutuo, comunicación, preferencias, complicidad, desarrollo de fantasías, activación del deseo sexual, ruptura de las rutinas, sensualidad y diversión.
"Los límites se marcan siempre con una línea roja que separa lo enfermizo de lo saludable física y mentalmente. No tengáis miedo a usar los vibradores, ya que no pretenden sustituir a nadie, solo son un complemento lleno de posibilidades", concluye Miren Larrazabal.
MÁS VÍDEOS Y REPORTAJES: http://www.efesalud.com/
Los hay de todos los tamaños, formas, texturas, sabores, olores y colores, pero básicamente los hay que bien excitan el clítoris, órgano sublime del orgasmo de la mujer, o bien se emplean a fondo en una doble estimulación, clitoridiana y vaginal.
Tanto los unos como los otros nos ayudarán a consolidar las relaciones de pareja o a sobrellevar nuestra soledad deseada. Para Miren Larrazabal, la sexualidad no puede reducirse a la genitalidad o al coito, y debe implicar a todo nuestro cuerpo y a todos nuestros sentidos.
"El sexo tiene que ser sano, libre, seguro y también lúdico, por lo que podemos emplear juguetes eróticos que nos ayuden a alcanzar estos objetivos. El vibrador nos proporciona goce sexual al vivificar nuestros órganos genitales como lo puedan hacer la lengua o los dedos de la mano", dice.
La especie humana está dotada como ninguna otra para el contacto piel con piel, y aún así necesitamos un simulador artificioso casi natural.
"Muchas mujeres me dicen en la consulta que no alcanzan el orgasmo o que tienen muchas dificultades para conseguirlo, y yo les digo, como hago ahora en este vídeoblog, que se masturben con un vibrador, objeto casi carnal que les ayudará, sin duda, a alcanzar orgasmos de una manera mucho más sencilla y satisfactoria".
Pero el vibrador no pretende sustituir o competir con la pareja, solo abre un mundo nuevo lleno de sensaciones maravillosas.
"Tenéis que tranquilizar a vuestr@ compañer@ de cama, sin provocar culpabilidades o temores. El vibrador es sinónimo de estimulación mutua, no de arma arrojadiza o escudo protector electrificado", argumenta.
El vibrador también aporta creatividad en el juego "tuyo mío" de la pareja, lo que conducirá a generar sentimientos y deseos que de otra forma pueden quedar ocultos, de incógnito, o aparecer cuando ya es demasiado tarde.
Además, aportan otros beneficios saludables: conocimiento sexual mutuo, comunicación, preferencias, complicidad, desarrollo de fantasías, activación del deseo sexual, ruptura de las rutinas, sensualidad y diversión.
"Los límites se marcan siempre con una línea roja que separa lo enfermizo de lo saludable física y mentalmente. No tengáis miedo a usar los vibradores, ya que no pretenden sustituir a nadie, solo son un complemento lleno de posibilidades", concluye Miren Larrazabal.
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