• hace 5 años
El pequeño cruzó la neblina con su caballo una mañana de septiembre de 1978 para acercarse a un OVNI que había aterrizado en aquel lugar. No pudo frenar su curiosidad y subió a aquel platillo volante para ver qué había en su interior. Así comenzaba una vivencia que le marcaría para siempre.

Lo que se encontró le dejó impactado y es algo que le costó 40 años olvidar

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