El pasado 22 de marzo, en el centro de paracaidismo de West Tennessee (Estados Unidos), el chileno Sebastián Álvarez subió a bordo de un avión de hélices, ascendió hasta los 12.670 metros de altitud y realizó un salto sin paracaídas desde más allá de las nubes. El objetivo era claro: celebrar toda una vida dedicada al vuelo con el reto más extremo de su carrera.
Con su traje de alas, Álvarez alcanzó una velocidad máxima de 550 km/h, recorrió 53,45 kilómetros en un vuelo sostenido que duró poco más de 11 minutos, superando ampliamente cualquier marca previa.
Con su traje de alas, Álvarez alcanzó una velocidad máxima de 550 km/h, recorrió 53,45 kilómetros en un vuelo sostenido que duró poco más de 11 minutos, superando ampliamente cualquier marca previa.
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