• anteayer
Transcripción
00:00Eliana y yo mismo tuvimos que dar la cara para tratar de justificar tu ausencia.
00:03Así me disculpa, tengo otros asuntos que atender.
00:05Ya no me provoques, te lo advierto.
00:06No es mi intención.
00:07Yo no dejé de añorarla ni un solo instante.
00:10Solo quiero asegurarme de que tenga claro que nunca podrá pasar de un simple entretenimiento.
00:15Me gustaría conversar un poco con usted si no es molestia.
00:18Cuenta con toda mi atención.
00:20¿Quién diantra esa señora?
00:21Es una curandera de por aquí cerca.
00:23¿Qué le ha hecho esa señora a mi hijo?
00:25Luisa, aguarda.
00:28Tan solo me preguntaba si había hablado ya con Gaspar.
00:31Su lugar no estaba en esa mesa.
00:34Debería haber sido más convincente.
00:36Ahora tendrá que tenerse las consecuencias.
00:38¿Y qué quieres que hagamos?
00:39¿Que vayamos a hablar ahora con Julio?
00:41Lo único que quiero es acabar con todo, pero de una vez por todas.
00:44No perderemos todo.
00:46La tarea que tienes por delante no es sencilla.
00:49Por eso te recomiendo que solo pienses en el brillante porvenir que nos espera.
00:58VICTORIA
01:03Victoria siempre había sido una mujer de decisiones drásticas.
01:06Pero incluso para los habitantes de Valle Salvaje,
01:09resultaba difícil imaginarla sosteniendo un arma con mano firme y apuntándola hacia un niño.
01:20Sin embargo, esa noche, bajo la penumbra de un cielo sin estrellas,
01:24la determinación de Victoria se había solidificado al punto de convertirla en una sombra letal
01:29que recorría los corredores vacíos de la Casa Grande.
01:38Pedrito, ajeno a los oscuros designios que se cernían sobre él,
01:42jamás hubiera podido imaginar que aquella figura implacable que se acercaba con paso firme
01:47buscaba arrebatarle su último aliento de vida.
01:55El olor del miedo, imperceptible para la mayoría, flotaba en el aire como un presagio inevitable.
02:07A lo lejos, la hacienda parecía dormida.
02:10Los caballos descansaban en los establos, las antorchas exteriores titilaban con la brisa,
02:15y solo los relojes marcaban el paso inexorable de los minutos.
02:24Pero en el interior de aquella mansión,
02:26se libraba una batalla silenciosa entre las ansias de poder, la venganza y el amor.
02:31O, tal vez, la ilusión de él.
02:40Victoria había jurado que esta noche sellaría el futuro que tanto anhelaba junto a José Luis.
02:46Para ella, no existía felicidad completa mientras Pedrito siguiera vivo.
02:50Ese niño, fuente de problemas y de recuerdos indeseables,
02:54representaba la última barrera entre ella y el hombre que, en su mente, le pertenecía por derecho.
03:06Con cada paso que daba, sentía cómo se acercaba más a la resolución de su vida.
03:11Con cada paso que daba, sentía cómo se acercaba más a la resolución definitiva de aquella historia que tanto la atormentaba.
03:24Para cuando llegó ante la puerta donde descansaba el niño,
03:27su corazón latía con una mezcla de miedo, rabia y, sobre todo,
03:31un anhelo ciego de que nada ni nadie volviera a interponerse en su camino.
03:41Mientras tanto, al otro lado de la hacienda, Gaspar mantenía una sonrisa astuta en el rostro.
03:52No se preocupaba en absoluto por lo que pudiera ocurrir con Pedrito.
03:55De hecho, si la desaparición de ese niño contribuía a su propio beneficio,
04:00no movería un dedo para impedirlo.
04:03Su atención estaba puesta en otro frente.
04:05El chantaje a Alejo, un asunto que venía cultivando con la paciencia de un depredador al acecho.
04:18Gaspar sabía que los secretos de Alejo eran tan oscuros como la profundidad de un pozo sin fondo,
04:23y estaba dispuesto a obtener de él todo lo necesario para ascender un peldaño más en la comunidad.
04:32Era una compleja pirámide de poder que definía la vida en Valle Salvaje.
04:41Cierto era que, en ese lugar, todos guardaban secretos,
04:45pero sólo unos cuantos tenían la habilidad de utilizarlos en el momento preciso para doblegar voluntades.
04:56Y Gaspar, sin duda, era uno de esos pocos.
04:59En medio de estas intrigas, Rafael y Adriana protagonizaban su propio drama.
05:10Sus discusiones se hacían cada vez más intensas,
05:13como si cada palabra cargara el peso de años de resentimientos acumulados.
05:23Él, cansado, deseaba cortar por lo sano y alejarse de todo,
05:27romper ese lazo que empezaba a asfixiarlo.
05:36Ella, herida en el orgullo y en el corazón,
05:38consideraba la posibilidad de revelarle a Julio una verdad que podía cambiarlo todo.
05:49¿Cuál verdad? Nadie lo tenía claro.
05:51Ni siquiera Adriana misma, que llevaba demasiado tiempo atrapada en sus propias mentiras,
05:56enredada en situaciones que habían nacido de la necesidad de protegerse a sí misma y a la gente que amaba.
06:08Pero la tensión crecía, y con cada segundo, el aire se cargaba de presagios oscuros.
06:19Sólo el eco de sus voces apagadas en pasillos desiertos daba cuenta de la magnitud de su desesperación.
06:27Por su parte, Sebastián jugaba sus cartas con la precisión de un estratega curtido.
06:39Aquel hombre, dueño de un intelecto afilado y una frialdad que inquietaba a los incautos,
06:44sabía cuándo hacer una oferta imposible de rechazar.
06:47Se presentó ante Mercedes como un oportuno salvador.
06:50En sus manos afirmaba tener la forma de devolverle a Bernardo su título y su honor,
06:55rescatarlo del foso en el que lo habían sumido las difamaciones y la deshonra.
07:05Sin embargo, nadie en Valle Salvaje ignoraba que Sebastián jamás ofreció una oferta.
07:11Su propuesta rezumaba a secretos no revelados,
07:14intenciones nebulosas que se disfrazaban bajo una aparente generosidad.
07:24Mercedes, acosada por la culpa de la desesperación,
07:27decidió rechazar a Bernardo a su lugar.
07:30¿Valía la pena pactar con un hombre que anteponía sus intereses al bienestar de cualquiera?
07:35Había rumores de que Sebastián no dudaba en manipular hasta la hora de rechazar a Bernardo.
07:40Pero la verdad es que no.
07:42La verdad es que no.
07:44La verdad es que no.
07:46La verdad es que no.
07:48La verdad es que no.
07:50La verdad es que no.
07:52La verdad es que no.
07:54La verdad es que no.
07:56La verdad es que no.
07:58Era claro que Sebastián no dudaba en manipular hasta los sentimientos más puros
08:01con tal de garantizar su ventaja.
08:09Sin embargo, la sola imagen de Bernardo sumido en el deshonor la estremecía
08:14y ese temor la empujaba a contemplar seriamente el trato.
08:18La pregunta que la carcomía era si su alma saldría ilesa de un pacto tan turbio.
08:28Del otro lado del pueblo, en una casona más pequeña, pero no por ello menos cargada de
08:32recuerdos agridulces, Bárbara cerró los ojos y suspiró.
08:42Sentía que había llegado a un callejón sin salida en su relación con Leonardo.
08:46Sus discusiones se repetían en un ciclo interminable.
08:49Él no la entendía.
08:51Ella lo acusaba de egoísmo, y la espiral de resentimiento se enroscaba hasta la asfixia.
09:02La tensión se reflejaba en cada gesto, en el tono de sus voces y en los silencios prolongados
09:07que parecían abismos infranqueables.
09:15Bárbara se preguntaba si su amor había sido real o si, desde el principio, había sido
09:20una ilusión alentada por un espejismo de romance.
09:29Con el paso de los días, cada desencuentro se sumaba a una montaña de rencores que la
09:33mantenían en vilo.
09:41¿Cómo era posible que en un lugar ya de por sí repleto de intrigas y tragedias como
09:45Valle Salvaje, ella no pudiera encontrar un remanso de paz en su propia relación?
09:50Y esa noche, al sentir la brisa helada en su rostro, comprendió que sus fuerzas se
09:55estaban agotando.
10:02En medio de todo ello, la sombra del destino de Pedrito se cernía cada vez con mayor fuerza
10:07sobre todos.
10:14Era innegable que su inminente ejecución marcaba un punto de inflexión en la historia
10:18de la hacienda, y casi todos, de una forma u otra, parecían tener un papel en aquel
10:23fatídico acontecimiento.
10:25A lo largo de los años, Pedrito se había convertido en una especie de víctima silenciosa
10:36de los conflictos de los adultos.
10:44Un niño que había crecido escuchando susurros, amenazas veladas y mentiras disfrazadas de
10:49verdades piadosas.
10:50Su risa, alguna vez fresca e inocente, se había ido apagando lentamente.
11:01Pero aquella noche, la peor de todas, él dormía ajeno al peligro que se acercaba con
11:06pasos firmes.
11:13Si uno observaba con atención, podía descubrir cómo la mano de la criminalidad, o al menos,
11:19la del resentimiento más profundo, había tejido una red en torno a Pedrito.
11:29Las escasas personas que le tenían cariño parecían estar demasiado lejos o demasiado
11:33ocupadas para advertir el inminente desastre.
11:42Los empleados de la hacienda, siempre sumisos y temerosos, preferían no interferir en los
11:47asuntos de sus patrones, sobre todo en aquellos que podrían costarles la vida si tomaban
11:52el bando equivocado.
11:53En los corredores oscuros, se escuchaban murmullos que hablaban de una decisión irrevocable,
12:04de una orden impartida desde lo más alto, pero nadie se atrevía a alzar la voz para
12:08impedirla.
12:09La complicidad, nacida del terror, amordazaba las conciencias que, en cualquier otro contexto,
12:21hubiesen gritado para detener semejante atrocidad.
12:30Apenas un puñado de velas iluminaba la habitación donde Pedrito yacía.
12:34Cualquiera que lo viera habría pensado que dormía con la paz de los justos, ajeno a
12:38las maquinaciones de los adultos.
12:40Sin embargo, muy en el fondo, en sus pesadillas persistía una punzada de temor, un presentimiento
12:52confuso que se manifestaba en ligeros movimientos de su cuerpo y en ligeros gemidos ahogados
12:56por la noche.
13:03La puerta se abrió con un chirrido, Victoria ingresó con un sigilo casi irreal, conteniendo
13:08la respiración, con la mirada clavada en el rostro inocente del niño.
13:18Sostenía un arma pequeña pero letal, y su dedo índice acariciaba el gatillo con ansias.
13:29Por un instante, dudó, tal vez el único atisbo de humanidad que le quedaba, porque
13:34el recuerdo de su propia infancia golpeó con fuerza su memoria.
13:44Sin embargo, el deseo de alcanzar a José Luis, de eliminar toda barrera que la separara
13:49de esa supuesta felicidad, pudo más que la compasión.
13:52A cierta distancia, José Luis no sospechaba que la tragedia estaba a punto de desatarse.
14:02Esperaba, en su mente retorcida por las exigencias que le habían impuesto, que Victoria cumpliera
14:14su promesa.
14:21Había renunciado a intervenir, ya fuera por cobardía o por la necesidad de librarse
14:25del lastre que representaba el niño.
14:27No obstante, en un rincón muy profundo de su conciencia, una voz le susurraba que aquello
14:38no estaba bien.
14:39Esa voz, tan tenue como la brisa, apenas lograba atravesar la barrera de orgullo y de necesidad
14:50que lo empujaba a justificar sus acciones.
14:59Él también deseaba un futuro sin remordimientos, pero la culpa ya había puesto su semilla
15:03en su corazón.
15:11Mientras Victoria apuntaba directamente a la cabeza de Pedrito, un destello de lucidez
15:15y horror la sacudió.
15:23Apretó los labios, contuvo el aliento, y por un instante, su mano tembló.
15:28Aquella fracción de segundo pareció un universo entero, un espacio en el que un grito de auxilio
15:33podía resonar hasta el confín de la conciencia.
15:42Por desgracia, nadie estaba allí para lanzar ese grito.
15:45Y entonces, en la penumbra, la decisión pareció más firme que nunca.
15:56Sin embargo, el destino tenía otros planes.
15:59Un ruido seco en el pasillo.
16:01Tal vez un florero que se cayó por el descuido de algún sirviente.
16:04Tal vez una puerta golpeada por el viento.
16:07Sobresaltó a Victoria.
16:14Su mano, crispada, descendió un par de centímetros.
16:18Pedrito se movió, como si sintiera el roce helado de la muerte.
16:27En otro punto de la mansión, Gaspar se esforzaba en obtener garantías de alejo.
16:32Aquel chantaje que había orquestado era su boleto para escalar posiciones.
16:42Sabía que alejo guardaba un secreto tan atroz que, de salir a la luz, destruiría no solo
16:47su reputación, sino probablemente también la vida de quienes lo rodeaban.
16:51Gaspar, siempre calculador, había preparado pruebas y testimonios forjados que se sumaban
17:03a indicios reales.
17:05En Valle Salvaje, la frontera entre la mentira y la verdad era delgada.
17:09Y él había aprendido a moverse con soltura en ese terreno ambiguo.
17:12Por eso, Alejo no tuvo más remedio que ceder ante la presión, prometiendo oro y obediencia
17:23incondicional.
17:30Mientras el eco de sus voces resonaba en una habitación contigua, Pedrito seguía a merced
17:35de victoria.
17:42En aquel preciso momento, el conflicto entre Rafael y Adriana llegó a un punto de ebullición.
17:47Él, exhausto, le gritó que ya no podía más, que estaba dispuesto a marcharse y no
17:58volver nunca.
17:59Ella, con lágrimas de rabia, soltó la frase que llevaba tanto tiempo guardando.
18:10Estaba decidida a contarle todo a Julio, a revelar la verdad que había mantenido en
18:14silencio y que podía derrumbar la frágil estructura de secretos en la que se basaba
18:18su vida.
18:19Rafael, sorprendido, vio en los ojos de Adriana un fuego que jamás antes había presenciado.
18:37Ese fuego no era solo ira, sino también la determinación de una mujer que se aferraba
18:42a la última oportunidad de redención.
18:43No obstante, en su interior, Adriana se preguntaba si realmente tenía el valor para confesarlo
18:55todo.
19:02¿Valía la pena manchar el nombre de Julio con verdades que podían dinamitar su mundo?
19:07¿Le ofrecía a Rafael la salida fácil de huir sin consecuencias?
19:10El temblor de sus labios reflejaba esa duda.
19:13Entre tanto, Sebastián aguardaba la respuesta de Mercedes, le ofrecía un pacto tentador.
19:25La posibilidad de restaurar la dignidad de Bernardo, devolverle el respeto perdido y
19:29limpiar su nombre de toda mancha.
19:38Pero la intuición de Mercedes la alertaba sobre lo que se escondía tras las buenas
19:42intenciones de Sebastián.
19:49Recordaba historias pasadas, palabras susurradas por personas que habían caído en sus redes.
19:54Hombres y mujeres que habían aceptado sus tratos sin percatarse de que, en el momento
20:04menos esperado, él vendría a reclamar su parte del pacto.
20:08Y no sería una petición sencilla, sino algo que, con toda seguridad, implicaría traicionar
20:19a alguien o sacrificar algún pedazo de integridad.
20:28Aún así, el deseo de ver a Bernardo rehabilitado la mantenía en vilo.
20:32Imaginaba el rostro de su amado, la gratitud que vería en sus ojos si lograra liberarlo
20:37del yugo de la vergüenza.
20:44En su pecho, la esperanza luchaba contra el miedo, y cada uno tiraba con fuerza de un
20:49lado de su corazón.
20:56Mientras tantas cosas ocurrían simultáneamente, Bárbara abrazaba su soledad en la penumbra
21:01de su habitación.
21:08El corazón le dolía con cada recuerdo de los sueños compartidos con Leonardo, sueños
21:13que ahora parecían resquebrajarse como un vidrio a punto de estallar en mil pedazos.
21:23Pensaba en marcharse, en huir de aquella relación que la había sumido en un pozo de tristeza,
21:28pero el amor, o el apego, era un ancla difícil de soltar.
21:38En su mente repasaba infinitas conversaciones, discusiones en las que cada palabra era un
21:43dardo envenenado.
21:50Le invadía una nostalgia amarga por los primeros días, cuando su sonrisa era auténtica y
21:55Leonardo la miraba con una ternura casi devocional.
21:58Ahora, sin embargo, quedaba la tensión de un vínculo tortuoso que parecía no tener
22:09remedio.
22:15Se preguntaba si sería más valiente romper con todo y enfrentarse sola a la tempestad
22:19que era Valle Salvaje, o aferrarse a una relación rota con la esperanza de repararla.
22:30Volviendo al aposento de Pedrito, el niño, entre dormido y despierto, alcanzó a ver
22:35a Victoria de pie ante él.
22:43Sus ojos se abrieron, reflejando confusión y un atisbo de miedo.
22:47No comprendía por qué ella estaba allí, ni por qué sostenía algo que brillaba en
22:51la tenue luz de la vela.
22:59Con una voz temblorosa, la llamó por su nombre, esperando que esa familiaridad bastara para
23:04disipar la amenaza.
23:11Pero Victoria, al sentir la mirada asustada de Pedrito, se enfrentó a un torbellino de
23:16emociones.
23:18La parte de ella que aún conservaba un residuo de humanidad y la parte consumida por la obsesión,
23:23por la idea de que solo eliminándolo podría obtener lo que tanto ansiaba.
23:32La habitación se llenó de un silencio denso, casi tangible.
23:36El tiempo pareció detenerse.
23:43Un segundo podía equivaler a una eternidad, y en esa eternidad, la mano de Victoria, que
23:49empuñaba el arma, tembló nuevamente.
23:57Fue en ese instante cuando una figura surgió en el umbral de la puerta, interrumpiendo
24:01el momento.
24:08No era la persona que uno imaginaría como salvadora, ni traía consigo la luz de la
24:12justicia.
24:19Se trataba de alguien movido por razones completamente distintas, alguien que había elegido ese instante
24:24para irrumpir y cumplir con su propia agenda.
24:33Podía ser un sirviente, un cómplice, incluso un adversario de Victoria que buscaba sacar
24:38provecho de la situación.
24:46Lo único cierto es que su llegada cambió el curso de los acontecimientos.
24:50En su rostro se dibujaba una mueca de sorpresa al ver a Victoria con el arma en la mano y
24:55a Pedrito incorporándose lentamente, sumido en el desconcierto.
25:05La tensión se alzó como un muro infranqueable.
25:08Victoria clavó sus ojos en el intruso, furiosa por haber sido descubierta en el acto más
25:12cruel que pudiese imaginarse.
25:20Pero lejos de acobardarse, aquella persona la miró con desafío, como si ya no tuviera
25:25nada que perder.
25:32Dentro de la mansión, el choque de voluntades era inminente.
25:36Los pasos firmes de quienes rondaban cerca resonaban en los pasillos.
25:45Quizás fuera Gaspar que, al fin, había logrado su cometido con Alejo y ahora se dirigía
25:50a presenciar el cierre de aquella historia.
25:58O tal vez fuera José Luis, impulsado por un destello de remordimiento que lo empujaba
26:02a impedir la tragedia y de paso acribillar sus planes.
26:05O puede que fuera la propia Mercedes, llevando a cuestas la confusión de haber tomado una
26:16decisión precipitada con Sebastián.
26:24En Valle Salvaje, pocos actos ocurrían sin que alguien más, lleno de curiosidad o de
26:29interés propio, estuviera al acecho.
26:31Mientras tanto, afuera, la noche continuaba su avance implacable hacia el amanecer.
26:49Las estrellas se escondían tras las nubes, y un viento frío recorría las praderas.
27:00El canto lejano de alguna ave nocturna parecía resonar como un lamento anticipado.
27:11No muy lejos de la casa principal, una fogata agonizante servía de testigo a otro drama.
27:17Algunos jornaleros susurraban rumores sobre la muerte que estaba por ocurrir.
27:26Se miraban con preocupación, temiendo perder sus empleos o incluso sus vidas si se atrevían
27:31a intervenir.
27:32En sus miradas, sin embargo, brillaba una chispa de compasión hacia Pedrito, un niño
27:43al que habían visto crecer corriendo por los campos, jugando con los caballos y riendo
27:48con inocencia.
27:55Pero la impotencia ante el poder de los alcedo y de quienes manejaban los hilos en la hacienda
27:59pesaba más que la compasión.
28:01Así, bajaban la cabeza y regresaban a su silencio, con la esperanza de que la conciencia
28:12no los atormentara demasiado en el futuro.
28:14A espaldas de todos, una figura solitaria se desplazaba entre los corredores oscuros.
28:31Era Bárbara, quien, tras una última y dolorosa conversación con Leonardo, había tomado la
28:36decisión de hacer algo.
28:44No podía tolerar más mentiras, más destrucción.
28:47Un presentimiento le hervía en las venas.
28:49Si alguien estaba en peligro, si había un inocente a punto de ser sacrificado en nombre
28:54de una felicidad retorcida, ella no sería una espectadora pasiva.
29:04Ya era hora de dejar de lamentarse por su relación fallida y de actuar.
29:08Sus pasos resonaban con urgencia.
29:16Cada rincón de la hacienda le parecía un laberinto.
29:19Cada sombra le recordaba que, en Valle Salvaje, la muerte siempre andaba cerca, dispuesta a
29:24reclamar a su próxima víctima.
29:32A la vuelta de la entrada principal, Rafael y Adriana seguían peleando.
29:36Él insistía en marcharse, y ella insistía en que no lo dejara todo así, a medias, sin
29:41respuestas.
29:48En ese instante, Julio apareció en la penumbra, percibiendo la fuerte discusión.
29:53Adivinó que su nombre pesaba en el aire, y el desconcierto se apoderó de él.
30:00¿Qué ocultaba Adriana?
30:04¿Qué podía ser tan grave como para convertirla en una mujer al borde de la desesperación?
30:10En su interior, Julio sintió un escalofrío.
30:12Presentía que nada bueno podía resultar de aquella confesión pendiente.
30:22Se acercó con cautela, dispuesto a exigir explicaciones, pero la escena se interrumpió
30:27cuando escucharon gritos distantes que provenían del interior de la casa.
30:37Un grito contenido de terror.
30:39De inmediato, todos se volvieron en esa dirección, olvidando sus disputas personales.
30:50Todo siniestro estaba a punto de consumarse.
30:53En la habitación, Victoria mantenía el arma alzada.
31:02La mirada de Pedrito oscilaba entre el terror más absoluto y la esperanza de que alguien
31:06lo salvara.
31:13El intruso no retrocedió, sino que avanzó un paso, hablando con voz firme.
31:18Quizás apelaba a la poca cordura que quedaba en Victoria, quizá buscaba aprovechar la
31:23situación para chantajearla en el futuro.
31:25Y entonces, por un segundo que pareció eterno, el destino se suspendió en el aire.
31:42El dedo de Victoria, tenso sobre el gatillo, podía dictar el fin de la vida de Pedrito.
31:53Si lo hacía, cruzaría una línea de la que no habría retorno posible, ni siquiera con
31:58José Luis como cómplice o amante.
32:06En aquel vórtice de tensión, las pasiones contenidas, los rencores, los miedos y las
32:11esperanzas se mezclaron en un solo instante que parecía alargar la noche hasta el infinito.
32:22Por el corredor, un grupo de personas corría en dirección a la habitación.
32:26Entre ellos, Bárbara destacaba con el corazón en un puño, impulsada por la determinación
32:31de impedir el peor de los crímenes.
32:39Su respiración era un jadeo entrecortado, pero no dejó de avanzar.
32:43Cada golpe de su pulso era un recordatorio de por qué no podía permitir que Pedrito
32:47pagara con su vida los errores de los adultos.
32:50A su lado, José Luis llegaba también, con el rostro crispado, sin saber si corría para
33:01detener a Victoria o para asegurar que cumpliera con su plan.
33:10Tal vez ni él mismo lo tenía claro.
33:12La culpa y la obsesión se enredaban en su interior.
33:15Mientras tanto, Rafael, Adriana y Julio aparecían en el otro extremo del corredor, intentando
33:27entender el origen de aquellos alaridos que estremecían cada fibra de la casa.
33:31Y en medio de todo, el corazón inocente de Pedrito seguía latiendo con fuerza, aferrándose
33:42a una vida que otros estaban dispuestos a arrebatarle.
33:51La puerta se abrió de golpe, varios cuerpos irrumpieron.
33:55Los gritos, la confusión, las súplicas y las órdenes cruzadas poblaron el ambiente
33:59como una tormenta de sensaciones encontradas.
34:08La visión de Victoria, con un arma apuntando al niño, geló la sangre de muchos de los
34:13presentes.
34:20Algunos clamaron su nombre, intentando apelar a su razón.
34:24Otros se movieron con violencia para intentar desarmarla.
34:32En ese remolino de voces y acciones, se definía no sólo el destino de Pedrito, sino la esencia
34:38misma de Valle Salvaje, un lugar que parecía condenado a la tragedia y al engaño, pero
34:43donde aún existía un resquicio de humanidad y esperanza.
34:52En los segundos cruciales que siguieron, todo pendió de un hilo.
34:56La salvación de Pedrito, la suerte de Victoria, las lealtades de José Luis, las culpas de
35:01Gaspar, la confesión de Adriana a Julio, la decisión de Mercedes ante Sebastián,
35:06y la determinación final de Bárbara respecto a Leonardo.
35:15Un disparo resonó, pero nadie supo de inmediato quién lo había efectuado ni con qué intención.
35:20Gritos de horror y confusión llenaron la habitación.
35:29El humo y el olor a pólvora se mezclaron con el sofocante calor del pánico.
35:39En esos instantes, pareció que el mundo se detenía, a la espera de una sola revelación.
35:44El desenlace de Pedrito, el desenlace de todos.
35:53¿Sería Victoria capaz de consumar el acto más atroz que puede cometer un ser humano,
35:58o su vacilación sería el margen de esperanza que Pedrito necesitaba?
36:02Habría sido alguien más quien, en un desesperado intento por impedir lo irreparable, disparó
36:07al aire o contra Victoria misma.
36:09La tensión se comprimió en un instante eterno, y el futuro de Valle Salvaje quedó
36:14suspendido, a la espera del siguiente latido.
36:22En ese espacio impreciso, cada personaje sostuvo la respiración y miró a su alrededor, preguntándose
36:28si ese sería el capítulo final de una historia manchada por la ambición, el amor malentendido
36:33y la traición, o si quedaba un último resquicio de salvación para la inocencia.
36:44Sólo el tiempo, inclemente y certero, revelaría la verdad tras el destino de Pedrito y sellaría
36:50para siempre las historias encadenadas de quienes habitaban en este territorio marcado
36:54por la tragedia.

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