• hace 3 semanas
đŸ‘» ‘Peluche’ comparte historias paranormales con el equipo de ‘Los lavaplatos’ en #LaCasaDeLosFamososColombia. 😹 Sus relatos ponen los pelos de punta a Emiro. 🏠 #LaCasaDeLosFamososCol #LaCasaDeLosFamososCol2

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TranscripciĂłn
00:00Bueno, no da. Primero, para contar otra historia antes de la del esorcizo,
00:03que el esorcizismo sĂ­ me traumatizĂł, pero...
00:07No, no, no, la primera...
00:08La autocaesa, Âżno?
00:10Es una sola.
00:12Son muy corticas.
00:13Pero estĂĄ bien, estĂĄ bien, tĂ­rate, tĂ­rate.
00:15Son muy corticas. Resulta que habĂ­a una conocida que como que hacĂ­a sino decir
00:21que le estaban haciendo brujerĂ­a y que sentĂ­a miedo y que se sentĂ­a perseguida.
00:25Acerca la silla, acerca la silla, pelado.
00:27Y entonces esta señora obviamente como que comienza a buscar ayuda para ver entonces...
00:33ÂżCĂłmo estĂĄn?
00:34Si es que le estån haciendo brujería, que lo que normalmente hacen es que tierra de semeña y bla, bla, bla, un montón de cosas.
00:40Pues cuando entonces ella soñaba, se dormía y soñaba que le pegaban y veía cosas raras,
00:46entonces le pegaban como que latidos y al otro dĂ­a amanecĂ­a con los morados de los latidos.
00:51AsĂ­, tal cual.
00:53Cada golpe que le pegaban, cada golpe que al otro dĂ­a amanecĂ­a con ellos.
00:56Entonces ella llegaba y por decir algo se despertaba con el cuello asĂ­ lleno de...
01:05Pero otro que se siente y que deja de estar con las piernas estiradas, que no cabe uno aquĂ­.
01:10Entonces ella, por ejemplo, cuando se dormía sentía, ella decía, en el sueño yo veía que a mí me estaban ahorcando.
01:16Y al otro dĂ­a literalmente ella amanecĂ­a con unos morados de manos,
01:20pero unas manos grandes, unas manos con unas cosas enormes, no las manitos de ella.
01:25Con los latidos y también con aruñetas.
01:28Eso por ese lado.
01:29El otro era que yo vivĂ­a en un pueblito que se llamaba Andes, Antioquia,
01:35y en Andes habĂ­a solamente dos parques.
01:40Entonces en Andes habĂ­a solamente dos parques.
01:43PĂłngame pues cuidado M.
01:47En esos dos parques habĂ­a uno que se llamaba el Parque de San Pedro y el otro era el parque principal.
01:52ÂżY de dĂłnde queda eso?
01:53De Andes queda un pueblito del sureste antioqueño, por allå como a tres horas y media de Medellín.
01:59Entonces yo estaba en el Parque de San Pedro con mis parceros asĂ­ normal
02:03y recuerdo que uno de ellos, lo llamó la mamå que se tenía que ir y yo quedé con otro panita.
02:09Y entonces nos dio que por ir a comprar un helado y pasamos por la iglesia.
02:13Cuando empezamos a escuchar y es que sal de ahĂ­ satanĂĄs y un montĂłn de cosas todas raras.
02:23Y me voy a dormir.
02:24Pero si huele, huele.
02:27Camilo, quédate aquí.
02:28A ver si me asusté.
02:34Obviamente dos pelados pequeños porque yo estaba por ahí, yo tenía por ahí 15 años,
02:39yo le calculo y pasamos por ahĂ­ y es que sal de ahĂ­ satanĂĄs.
02:42Pero una cosa asĂ­ dura y espantosa y entonces nosotros como que era la iglesia del parque,
02:47podemos entrar.
02:48Pues resulta que era un sacerdote ciego que habĂ­a ido como por un tiempo a hacer las misas de sanaciĂłn
02:58pero también había un reemplazo de algo porque como que el sacerdote que le ponen al pueblito
03:03se había ido no sé por qué y ellos tienen como que sus sedes.
03:07Él era un sacerdote de sanación pero lo curioso del caso era que estaban haciendo una misa muy linda
03:15pero no era nada tipo sanaciĂłn simplemente de la nada una persona empezĂł a gritar
03:21y dicen que se fue a atacar al sacerdote.
03:24Cuando nos estuvimos pasando ya Ă­bamos en el momento
03:29Y alguien ahĂ­ pelada.
03:31Llegamos en el momento en que Ă©l estĂĄ diciendo sal de ahĂ­ satanĂĄs.
03:35Pues resulta que nosotros llegamos y era un viejito por ahĂ­ de la edad de don Mauricio mĂĄs o menos,
03:42ciego y Ă©l llegaba y le hacĂ­a asĂ­, pero no la tocaba, se lo juro, que llega y le hacĂ­a asĂ­
03:48y esa vieja se veĂ­a horrible, horrible, horrible, los ojos asĂ­ volteados,
03:52gritaba, se arrancaba el pelo duro, se arañaba, era una cosa loca.
03:57O sea, yo sé que eso no era ninguna situación porque yo lo veía y yo sentía mucho miedo.
04:01ÂżCuĂĄntas personas habĂ­an ahĂ­?
04:02No, la iglesia estaba llena porque era una misa normal.
04:05ÂżEra la ante todo el mundo que hizo eso?
04:07SĂ­, no es como que fueron le vamos a sacar el demonio a alguien, no.
04:10Ella, la misma persona, me imagino yo que fue a la iglesia,
04:14pero no sabía que tenía el demonio o se le metió en ese momento, yo no sé qué pasó.
04:18Y el viejito le hacía así, ese viejito parado y yo no sé cómo,
04:22yo no me explico cĂłmo sentĂ­a que ahĂ­ estaba, me imagino que era por los gritos
04:25y ellos desarrollan mal los oídos o qué sé yo, pero le hacía así
04:28y le empezaba a gritar unas cosas y esa vieja se retorcĂ­a.
04:31Y a lo Ășltimo nosotros no aguantamos el voltaje y nos fuimos
04:33porque esa vieja literalmente se veĂ­a muy desastrosa
04:36y le salía mucha sangre por acå en las uñas que se hacía así
04:39y tenĂ­a todas las manos negro, negro, era muy miedoso.
04:42Obviamente todas esas cosas sĂ­ existen, lo que pasa es que uno las evade.
04:46Obviamente uno las, sĂ­ existe el bien, existe el mal,
04:49la luz, la oscuridad es normal.
04:51Ustedes no estĂĄn escuchando golpes.
04:53Al viejito lo llevaron para la cĂĄrcel y lo soltaron.
04:56ÂżCuĂĄl viejito?
04:58Al viejito, le hizo el sismo.
05:00ÂżY tĂș cĂłmo sabes?
05:01Lo soltaron, ¿sabes por qué lo soltaron?
05:03¿Y por qué?
05:04Porque no tenĂ­a nada que ver.
05:06Al cieguito.
05:08Y entonces resulta que nosotros vivĂ­amos en una finca enorme, enorme, enorme.
05:13Y habĂ­a una yeguita que Chapeco tenĂ­a en todo ese potrero, solamente ella.
05:18Aleluya.
05:19Y, parce, aleluya, todos los dĂ­as mi mamĂĄ le daba como que mĂĄs o menos
05:24a las cinco y media de la tarde.
05:28AcĂĄ estĂĄ ahĂ­.
05:29Siempre que hablan de eso empieza a pasar algo mĂĄs raro de acĂĄ.
05:32A las cinco y media de la tarde, Chapeco...
05:35Apague la luz para que sea mĂĄs horrible.
05:38SerĂ­a bueno, jefe, serĂ­a bueno.
05:40Apague la luz.
05:41SĂ­, sĂ­, sĂ­, apĂĄguela.
05:44Bueno.
05:46Eso no fue nadie acĂĄ.
05:50Si hay algĂșn espĂ­ritu en este cuarto que haga un ruido.
05:55Tampoco asĂ­, tampoco asĂ­.
05:57Tampoco asĂ­.
05:59Tampoco asĂ­ estoy jugando con eso.
06:01No, con eso no se juega.
06:04Con eso no se juega.
06:05Te reprendo, ahĂ­ sĂ­, no coge los aires.
06:07Y después se le aparece, se le aparece.
06:09Chapeco, ¿qué?
06:10Con eso no se juega.
06:11En la finca.
06:12¿Por eso? ¿Por qué suena eso?
06:13No, no, no, deja de estar hablando.
06:15Resulta que en la finca estaba Aleluya, la yegua, y entonces mi mamĂĄ todos los dĂ­as,
06:21sagradamente a las cinco y media de la tarde,
06:23porque ustedes saben que en las fincas y por allĂĄ,
06:26y mĂĄs que todo acĂĄ en Colombia, oscurece muy rĂĄpido.
06:29Tipo seis y quince, eso ya estĂĄ oscuro, parce.
06:32Entonces mi mamĂĄ salĂ­a siempre con una bolsa de azĂșcar
06:35y mi mamĂĄ simplemente llamaba a la yegua.
06:37Aleluya, aleluya.
06:39ÂżPara quĂ© azĂșcar?
06:40Para darle azĂșcar a la yegua.
06:41Y la yegua era feliz.
06:43Ya la yegua sabĂ­a que a las cinco y media iba por su cosita de azĂșcar.
06:46Y mientras le daba el azĂșcar, chapeco,
06:48mientras mi mamĂĄ le daba toda la bolsa de azĂșcar,
06:50le peinaba la clĂ­n, la clĂ­n es el de acĂĄ, el pelo de acĂĄ, y la cola.
06:54La dejaba bien, la dejaba bien.
06:56¿Qué es eso?
06:58No, asĂ­ tampoco, asĂ­ tampoco.
07:01Fue este perro, Âżeh?
07:03No, no, no.
07:05Yo le abrĂ­ las manos.
07:07No, no, pero ¿qué es ese?
07:09¿Qué es ese?
07:13Si hay algĂșn espĂ­ritu en este cuarto.
07:16No, hombre, estĂĄ jugando con eso.
07:18ÂżCĂłmo va a estar jugando con eso?
07:20No, no, no, no.
07:24ÂżCĂłmo va a estar jugando con esa pobaza?
07:26¿Qué hago?
07:27Yo no le pegué a la pared ni el negro le pegó ni nada.
07:29Yo estoy acĂĄ.
07:30Sigamos con Aleluya.
07:32Sigamos con Aleluya.
07:33Vamos a hablar de otra cosa mejor.
07:35No, pero si eso es una historia de terror.
07:37Después no puedo dormir.
07:38Mira si fue dura.
07:40Me asustĂł.
07:42Claro, si lo sentĂ­ en el oĂ­do.
07:46No fui.
07:48Si yo me asusté.
07:50Lo sentĂ­ en el oĂ­do.

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