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  • 22/2/2025

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Transcripción
00:00Desde el pasado 21 de marzo inició el calvario del periodista venezolano
00:04Darvinson Rojas que fue detenido por las fuerzas de acciones especiales de la
00:09policía en su residencia afirmando que se encontraban allí para buscar un
00:14sospechoso de contagio por COVID-19. Ya siendo detenido se le indicó que estaba
00:21acusado de incitar al odio, su pecado haber publicado en sus redes cifras de
00:26contagiados. Yo estuve detenido durante 12 días, me imputaron los delitos de
00:32instigación al odio e instigación pública simplemente por dar información
00:38acerca de el COVID-19 en Venezuela, específicamente datos suministrados por
00:46fuentes oficiales, alcaldes y gobernadores del estado Miranda. Esto se
00:53debe a una vaga legislación impuesta por la Asamblea Nacional Constituyente
00:57no avalada por el parlamento, una ley que busca frenar el odio pero que no
01:03establece como tal qué conductas incitan al odio. Ambigua y sin penas claras como
01:09lo señaló el director de Espacio Público Carlos Correa. Y esta norma lo
01:13que tiene son unas sanciones muy generales, es decir, un delito, tipifica
01:20como delito el odio, pero de manera muy general y tiene después sanciones muy
01:26duras, sanciones que van de un mismo por expresiones de odio de 10 a 20 años.
01:33Todo ello ha generado un ambiente de miedo a publicar en redes sociales pero
01:37también a realizar la labor periodística, un temor que sigue aumentando cuando las
01:42autoridades con el presidente Nicolás Maduro a la cabeza utilizan el estrado
01:47que le dan los canales y emisoras públicas para atacar a reporteros y medios de comunicación.

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