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00:00Y compartir con ustedes, antes de montarme un avión e irme a los Estados Unidos, hablé con el señor Don Mícalo anoche, me invitó y le dije, oiga yo puedo pasar porque viajo por Santiago, y me dijo, tu crees que puedes visitar la liga, y yo le dije, sería un placer para mi, porque yo creo que nuestra juventud y ahora necesitan, yo no tuve la oportunidad que ustedes están teniendo ahora de escuchar de un pelotero que ha tenido éxito en grandes ligas,
00:27y sinceramente le doy gracias a Dios por el talento, la oportunidad, la habilidad que me ha dado, y todos los logros que yo he tenido en las grandes ligas, y ustedes en realidad han sido bendecidos con este terreno, porque el terreno que yo jugué desde pequeño era bien difícil, no era un terreno así como este,
00:50pero ustedes tienen un tremendo complejo, gracias al señor primeramente, y a Don Mícalo aquí.
00:57Para mi en realidad yo sé que es bien importante como le estuve diciendo, ustedes son la nueva generación, para mi sería una bendición si todos ustedes llegan a la grandes ligas, se sabe que eso quizás no pueda pasar, pero si uno llega a la grandes ligas, o dos, no se pueden olvidar de donde ustedes vinieron.
01:28Ustedes tienen que volver aquí, porque hay otras mineraciones de fuego y ustedes que vienen, y ustedes tienen que dar el mismo consejo, y se tienen que ayudar uno al otro, estuve hablando temprano en la mañana con el señor Don Mícalo, que la pelota en realidad es una suerte que uno tiene que tener, es como una moneda que uno tira, cada oscuro, uno no sabe si uno va a llegar a ser pelotero profesional,
01:53pero ¿qué es importante después de Dios? La educación, ¿por qué? Porque la educación es una cosa que nosotros podemos controlar, quizás no pueda llegar a ser pelotero profesional, pero puede ser abogado, quizás el próximo presidente, ustedes saben, nadie sabe, para Dios nada es imposible, y Él tiene un propósito para cada uno de ustedes, y ese propósito se tiene que cumplir,
02:20porque ese es el propósito de Dios, que Él tiene para cada uno de ustedes, Él nos da la habilidad, Él nos da el sueño, yo era un muchacho como ustedes hace 10 años, hace 30 años, hace 30 años un joven que lo que quería era obtener el sueño de ser pelotero profesional, obtener el sueño de llegar a la grandes ligas, y Dios me ha compadecido con eso y más.