• hace 2 meses
Transcripción
00:00El Coronel es capaz de jurar cualquier cosa para salvar a su hija.
00:05Pero yo no soy madre de Doña Elena. Y no estoy mintiendo.
00:09El Dr. Paulo era un infame, un canalla, un asesino.
00:13¿Cómo pueden acusar a esta joven que actuó en legítima defensa?
00:17Actuó para defenderse, para defender al hombre que ama, para defender al hijo que está esperando.
00:23¿Que ustedes no tienen un poco de sensibilidad?
00:30¡Orden! ¡Orden en el tribunal!
00:32Señor Escribano, retire de los autos el testimonio de la Condesa.
00:36¡No haga esto, señor juez! ¡No condene a un inocente!
00:39Señora Condesa, Calle Seume verá obligado a expulsarla del tribunal.
00:43Señor Escribano, retire también la intervención del Coronel Sebastián.
00:47Le pido al jurado que no considere estos testimonios que nada tienen que ver con la muerte del Dr. Paulo.
00:53El comandante de policía está seguro de que yo lo maté.
00:57Es porque todos creen que el señor Belchior vio el crimen, por alguna cosa que él dijo.
01:03¿Pero no dijo quién fue?
01:05No, que ahora el comandante está pensando que él no quiere hablar para protegerte, Isauro.
01:10Trae al señor Belchior aquí, Álvaro, si es posible, por favor.
01:14Yo tengo certeza que él me va a contar todo.
01:17Es lo que voy a decir, Isauro.
01:19Pero qué extraña ironía, ¿no crees?
01:22Tu libertad y nuestra felicidad ahora están en las manos de aquel hombre.
01:26¿Era de quién?
01:28Yo tengo mucho miedo de ser condenada a muerte injustamente.
01:32No, Isauro. Dios permita que eso no suceda.
01:35Hoy todo el mundo dice que el señor Manuel Coqueiro, la fiera de Macabú, era inocente.
01:40Murió ahorcado.
01:42¿Cuántos inocentes deben haber sido condenados por error, Álvaro?
01:46Es por eso que la pena de muerte debe ser abolida.
01:49Así como la esclavitud.
01:51Yo también estoy contra la pena de muerte.
01:53Pero para criminales peligrosos y recuperables, estoy a favor de la prisión perpetua.
01:58Nada más.
01:59Mi fe en Dios es enorme, no vacila.
02:03Pero yo sé que la justicia humana hierra.
02:06Aunque la divinidad y la justicia humana no son las mismas.
02:09Pero yo sé que la justicia humana hierra.
02:11Aunque la divina no hierre.
02:14Es por eso que yo estoy aquí presa.
02:16A pesar de ser inocente.
02:18¿Y si no descubrimos quién es el verdadero asesino?
02:24Yo he pensado mucho en ese asunto.
02:27Aunque sospechemos.
02:29Si no tenemos testigos ni pruebas.
02:33¿Y en este caso tú qué piensas que debo hacer?
02:36Yo sé que tú odias la idea de tener que confesar un crimen que no cometiste.
02:40Pero el señor Geraldo, el sargento y es el propio comandante.
02:43Todos aconsejan que confieses.
02:46Y Helena es legítima defensa.
02:52Siento malos presagios.
02:54El juez parece estar completamente contra Helena.
02:57El juez está siendo completamente parcial.
03:00Pero todo depende del jurado.
03:03Ellos van a condenarla.
03:05Es evidente que sí.
03:06Pero Enrique, ¿cómo pueden hacer eso con Helena?
03:08Solo se quiso defender.
03:10Mi pobre hija será condenada a muerte.
03:14¿Hay aquí algún testigo más de la defensa?
03:17Sí hay.
03:18Yo quiero hablar.
03:22¿Pero qué significa esto?
03:24Son testigos de la defensa.
03:26Son rameras, excelencia.
03:28Estas mujeres deberían estar presas, señoría.
03:31Quiero hablar, señoría.
03:33¿Lo autoriza?
03:34Ellas son testigos importantes y deben ser oídas.
03:37Quiero declarar muchas cosas sobre aquel doctorcito asesino.
03:41¡Protesto, excelencia!
03:43Lo lamento, pero yo no puedo tomar declaraciones de mujeres que viven en la ilegalidad.
03:47La prostitución es un crimen.
03:49Qué graciosa es la ley, ¿no, señoría?
03:51¿Cuántos poderosos hombres de justicia nos buscan ya entrada la noche?
03:55Y nos tratan de un modo tan diferente.
03:58¡Ya cállese o mandaré a prenderlas si ustedes me desobedecen!
04:02¡No van a transformar el templo de la justicia en un antro de vicio!
04:07No será necesario, señoría.
04:09Ni los caballeros tienen que estar nerviosos.
04:12Yo y mis niñas no vinimos aquí para cometer indiscreciones.
04:16Todo lo que quiero es dar mi declaración sobre los hechos que yo oí de boca del propio doctor Paulo.
04:22¡Protesto!
04:23¡Estas mujeres agreden la integridad de esta corte!
04:26Ellas a testigo, en excelencia.
04:28Ellas tienen información valiosísima. Así el jurado podrá dar su mejor veredicto.
04:32¡Eso insulta y ofende a esta corte, excelencia!
04:34Nos ofende que esta corte nos prohíba que contemos lo que oímos del doctor Paulo.
04:40¡Él mató a su novia con arsénico!
04:45¡Orden! ¡Orden en el tribunal!
04:47¡Él mandó a sus matones tras el doctor Diego para matarlo!
04:52¡Protesto, excelencia! ¡No puede dejar que continúen calumniando a la víctima!
04:56¿Víctima? ¿Un hombre que quería matar a sangre fría a doña Elena y al doctor Diego?
05:01Antes de ir para Estrella d'Alba, el doctor Paulo me dijo que él iba para allá con la intención de matar a doña Elena y al doctor Diego.
05:10Y pido que las declaraciones de estas señoras sean registradas en los autos del proceso.
05:15¡Señoría! ¡Protesto! ¡Protesto! ¡No permite esta injusticia!
05:19¡Guardias! ¡Guardias! ¡Saquen a esas mujeres de la corte!
05:22¡Decimos la verdad! ¡La más pura verdad!
05:25Señores del jurado, la verdad está con nosotras. La verdad está en boca de las rameras, de las meletrices, sí.
05:32El doctor Paulo era un asesino de la peor calaña.
05:38¡Él quería matar a la pobrecita! ¡Él quería matar a doña Elena!
05:43¡Señor escribano! ¡Señor escribano!
05:45¡Señor escribano! ¡La declaración de esas rameras no debe constar en los autos!
05:51Pero no es posible, señor Martiño. ¿Tiene la certeza?
05:56Absoluta. El señor Belchior no mintió. Él dijo la verdad.
06:01Oiga, pero yo nunca podría esperar una cosa de esas. ¡Y mira quién! Confieso que siento mucha sorpresa, Martiño.
06:10Ahora que, si alguna cosa sucede conmigo, usted ya sabe quién fue.
06:27Permiso, André.
06:32¿Me permites? Tengo que limpiar aquí. Permiso.
06:41Rosa, ¿tú sabes quién fue el que mató al señor Leóncio? ¿Lo sabes?
06:44Si yo lo supiera, ¿qué importancia tiene para ti?
06:47Rosa, no es justo dejar a Isaura en la cárcel.
06:51¿Y tú crees que la vida es justa, André?
06:54¿Tú piensas que era justo vivir de aquel modo en la barraca, sin nadie que me protegiera, mientras Isaura vivía sujeta a la falda de la madrina?
07:04¡Isaura puede ser condenada a muerte, Rosa!
07:08¿Sabes que eso no sería malo, André? No, creo que no.
07:11Y es que así el señor Álvaro se iría para Sao Paulo, y dejaría esta hacienda aquí, con nosotros cuidándola.
07:19Así nos volveríamos señor y señora.
07:22¿Cómo ahora? Que no hay nadie aquí en la hacienda.
07:26Ya deja esas boberías, Rosa. El señor Álvaro después resuelve venderla.
07:32Y tú ni carta de libertad tienes, y aún así quieres ser señora.
07:36Pero yo voy a ser señora, André. Recuérdalo. Señora Rosa, la poderosa.
07:43Ahora dime, ¿quién fue el que mató al señor Leóncio, Rosa?
07:47Yo ya dije que no voy a hablar.
07:50Oye, yo pienso que fuiste tú. ¿O que fue el señor Belchior?
07:56No interesa si intentas adivinar, André. Mejor piensa que quien lo mató fue Isaura.
08:02No, no fue Isaura. Yo sé que no fue ella.
08:05Desiste, André. Yo no voy a decir nadita de nada.
08:12Pero ni a tu negrito, que tú, que tú tanto amas. Vamos, habla.
08:17No. No.
08:20Oye, Rosa. Mi morena bonita.
08:25Basta.
08:26¿Tú no confías en mí?
08:27Ya deja de estar hablándome así al oído. Es que me siento, me siento mareada.
08:33Es mi punto débil.
08:34Mi morena bonita, mi noviecita querida de mi corazón, que se va a casar conmigo.
08:42Habla, cuéntame.
08:43No seas así, André, que me quedo toda derretida.
08:47¿No nos vamos a casar?
08:49Entonces no puede haber secretos entre los dos.
08:51Oye, André, ya te dije.
08:54Te dije que yo no voy a ayudarte a liberar a tu queridita, ¿no?
08:58Isaura puede quedarse allá, allá atrás de las rejas.
09:01Pero eso es una maldad tuya.
09:04Oye, yo no sé. Yo no sé por qué yo te amo tanto así, Rosa.
09:08¿Por qué?
09:11Porque tú siempre me amaste, André. Siempre.
09:15Pero no quisiera amarte así de ese modo.
09:21Bien, señores, por la apariencia de fragilidad de esta mujer.
09:26Pues tras la imagen de niña ella esconde...
09:31...una perversidad de fiera.
09:34No le bastaba ser adúltera.
09:37Ella humilló a su esposo.
09:42Lo abandonó.
09:44Y lo cambió por un amante veinte años más joven que él. ¡Veinte!
09:49Pero aún eso era poco para la mente criminal de esta asesina.
09:54Ella lo atrajo a una emboscada y cegó su vida bárbaramente.
10:01Es una mujer que actuó de modo premeditado.
10:04Y perverso.
10:06Mató al marido infeliz para vivir criminalmente...
10:11...ese gran romance con el doctor Diego.
10:16Burló y mató al marido fríamente.
10:21Y es por todo esto que yo, como fiscal de justicia...
10:26...y consejero de la Corte Imperial, concluyo la parte acusatoria...
10:31...pidiendo la pena máxima.
10:35Exijo como condena para doña Elena Cuña Pereira...
10:39...la pena de muerte.
10:42Silencio. Silencio. Silencio.
10:46Silencio. Voy a tener que sacar a todos del recinto.
10:50Doy la palabra al señor Geraldo para el turno de la defensa.
11:01Señores...
11:05...como abogado...
11:07...yo espero que juguéis hoy no como un cumulo de las pasiones...
11:11...sino como un trono de la justicia.
11:14Aquí en este recinto...
11:17...esta especie de santuario...
11:20...la verdad debe brillar en toda su pureza.
11:23Llegó el momento de alzar la voz...
11:26...en nombre de una mujer que representa a ella misma...
11:30...a todas las mujeres masacradas por convencionalismos sociales...
11:34...obligadas a obedecer a los padres...
11:37...y después a los maridos.
11:40Doña Elena...
11:42...es el ejemplo vivo de esa masacre...
11:45...y es el ejemplo vivo de la justicia.
11:48Doña Elena...
11:50...es el ejemplo vivo de esa masacre...
11:53...obligada a un matrimonio repulsivo...
11:57...huyó...
11:59...para entregarse al verdadero amor.
12:03¿Pero será que este sentimiento...
12:06...el amor...
12:08...es así tan indigno?
12:11Pues yo les digo que el amor es sagrado.
12:14Es el mejor sentimiento que hay en el mundo.
12:18Y si condenan a esta mujer...
12:23...estarán condenando al amor verdadero...
12:26...y exaltando el matrimonio por interés.
12:30Señores del jurado...
12:34...la vida de esta mujer está en sus manos.
12:37Tremendo es vuestro poder...
12:40...e inmensa es vuestra responsabilidad.
12:43¿Queréis condenar a la acusada a la pena de muerte?
12:45¿La pena irreparable?
12:47¿Entregaréis al verdugo...
12:49...esta cabeza aún tan joven?
12:54El único pecado que ella cometió...
12:57...fue entregarse al amor y defenderlo.
13:01¿Y es por ese pecado...
13:03...que ella debe ser condenada a muerte?
13:07Por vuestro honor, señores...
13:09...me rehúso a creer en eso.
13:11Y mi meta...
13:13...mi conclusión final...
13:16...es la absolución de la señora Elena Acuña Pereira.
13:20¡Muy bien, don Gerardo!
13:22¡Muy bien!
13:24¡Muy bien, don Gerardo!
13:26¡Silencio!
13:28¡Silencio!
13:35¡Ay, por Dios del cielo!
13:38¡Qué bien!
13:39¡Ay, por Dios del cielo!
13:41¿Qué hice para merecer esto?
13:44Yo no siento la menor piedad por usted.
13:47¡Fue la falta de un padre, de un puño firme...
13:50...que te pusiera freno!
13:52No sea tormenta, mi Estela.
13:56Es que no comprendes, Blanca.
13:58Estás dando pasos largos...
14:00...hacia un final trágico, hija mía.
14:02¡Tonterías! ¡Puras tonterías!
14:05Yo voy a ser muy feliz al lado del amor de mi vida, mamá.
14:08Vas a cometer un crimen, Blanca.
14:10¡Eso sí es lo que tú vas a hacer!
14:12Entienda como quiera.
14:14Estoy de salida.
14:16¿Pero dónde vas ahora, Blanca?
14:18¡Estoy harta de sermones, mamá!
14:20¡Basta de lágrimas!
14:22Ya es la hora de poner en práctica todos mis planes.
14:25¡Todos mis planes! ¡Todos!
14:27¡Todos, mamá! ¡Todos!
14:29¡Todos mis planes, mamá!
14:31¡Adiós!
14:33¡No, Blanca! ¡Blanca!
14:35¡Por el amor de Dios, Blanca!
14:37¡Por aquí, hija mía! ¡No, Blanca!
14:39¡Dios del cielo, Blanca!
14:42¡No cometas esa locura! ¡No!
14:45¡Yo estoy con una rabia!
14:47¡De aquel capitán maldito! ¡Sí!
14:49Usted fue muy bobo.
14:51¡Sí, sí, fui! ¡Pero me la pagará!
14:53¡Él me la pagará!
14:55Si confía en nosotros, lo podemos ayudar.
14:58No, no, no. Yo no confío en nadie. No confío en nadie.
15:00Pero somos amigos, señor Belchior.
15:02Y solo queremos su bien, no su mal.
15:04¡Quiero beber! ¡Yo quiero beber!
15:05Necesito... ¿Tiene una botella?
15:07Yo voy a buscar una.
15:09Necesito beber.
15:11Pero trae del más fuerte para ver si habla.
15:13Pero yo soy un pelmazo, de veras.
15:15Yo tenía que caer en la labia de aquel miserable capitán maldito.
15:19Sí, el que es astuto no cae en eso.
15:21Pero yo caí, doña Joaquina. Yo caí.
15:26Le conté a él.
15:28Conté toda la verdad, porque yo sabía.
15:31Yo pensé que sabía todo.
15:33Pero él no. Él no sabía nada.
15:35Ay, Dios mío.
15:37Oiga, mire, ni él podía saber.
15:40Nadie podía saber, mucho menos él.
15:43Ahora que el señor Martillo ya sabe, tal vez ya lo podemos saber también.
15:46No, no. No puede. No, no.
15:48Aunque yo tenga que gastar todas las monedas que yo junté en mi vida entera
15:52para cerrar el pico del señor Martillo.
15:56Es secreto.
15:58Y ni usted, ni nadie puede saber.
16:03Yo no quiero morir.
16:06Yo quien lo mató. Por eso tiene miedo, ¿no?
16:09Entonces fue usted quien mató al señor Lioncio.
16:17Si usted no sabe, Rosa, entonces fue usted quien mató.
16:22Larga de bobage, André.
16:24Me deja.
16:26Usted solo puede desconfiar de mí.
16:28Usted debía desconfiar a la condesa.
16:30Esa sí tenía motivo para matar al señor Lioncio.
16:32Ella incluso lo empujó de la escalera
16:35y le puso otra cobra en su cuarto.
16:40Es verdad.
16:42Por más de cien veces la condesa dijo que
16:45quería ver el fin del maldito.
16:47Bueno, pudo haber sido ella.
16:50Pero ella estaba con el señor Miguel.
16:53Sí, y el señor Miguel era otro que quería ver al señor Lioncio muerto.
16:58Verás que los dos juntos dieron fin al difunto.
17:01Y hoy están ahí, fingiendo inocencia.
17:07Terminados los testimonios
17:09y dichos los argumentos de la acusación y de la defensa,
17:12el jurado de este tribunal se deberá reunir para emitir el veredicto.
17:17¡Un momento!
17:23Con su permiso, excelentísimo señor juez.
17:26Aunque atrasada, yo estoy aquí para dar mi declaración.
17:30¿Quién es usted?
17:32Mi nombre es Eugenia Yaraguá, maronesa de vista alegre.
17:36Gracias.
17:38Está anotada en los procesos, yo la esperaba.
17:40¡Protesto!
17:42El señor juez ya cerró las declaraciones de los testigos.
17:45Señor juez,
17:47se trata de la vida de una joven que está en sus manos.
17:51Por todo lo más sagrado, por el amor que usted tiene a la justicia.
17:55Oiga lo que doña Eugenia tiene que decir.
17:57Concedido, pero que sea breve.
17:59Por favor siéntese usted, doña Eugenia, maronesa de vista alegre.
18:12¿Jura decir la verdad y nada más que la verdad?
18:15Lo juro.
18:20Hace algunos años,
18:22yo me estaba sintiendo levemente resfriada.
18:25Y llamé al fallecido doctor Paulo Pereira para una consulta.
18:30Él me prescribió algunas gotas de un frasco que él mismo me entregó.
18:35Pero, por obra y gracia del destino, cuando él se fue,
18:40yo me sentí mejor y no tomé la medicina.
18:43Pocos días después, una esclava mía cayó también resfriada.
18:49Y yo le di algunas gotas de la medicina que el doctor Paulo me había entregado.
18:53Después de estar muy mal, con el estómago ardiendo, la esclava murió.
19:00Él era un asesino, eso no es ninguna duda.
19:03Yo quedé asustada, claro.
19:05¿Cómo aquella pobre mujer pudo haber muerto de un simple resfriado?
19:10Yo sospeché de la medicina y la llevé a un boticario, ¿no?
19:16Y él me dijo que era arsénico.
19:19¿Cómo es posible?
19:24¡Silencio!
19:26Al principio, yo pensé que no había pasado de un lamentable, de un terrible error.
19:33No me entraba en la cabeza que el doctor Paulo me hubiera querido envenenar.
19:39¡Protesto! ¡No hay como probarlo!
19:41Claro que sí.
19:42Hasta hoy, yo guardo conmigo el frasco.
19:48¿Usted tendría el valor de tomarlo?
19:54¡Silencio! ¡Silencio!
19:57¡Protesto de negada!
19:59Continúe, señora baronesa de vista alegre.
20:02Después llamé al doctor Paulo para protestar por su error que había causado la muerte de mi esclava
20:08y que podría haber causado también mi muerte.
20:11Él se disculpó, pero quiso que yo tomase otro remedio ahora ahí, en su presencia.
20:20Yo me rehusé.
20:22Él se irritó.
20:24Quería por fuerza que ingiriera aquella bebida.
20:28Pero yo la sospechaba de él y me rehusé.
20:33Entonces, él me amenazó.
20:35Y dijo que yo jamás debería comentar el caso, sin importar con quién fuese,
20:44so pena de morir o ver muerto a uno de mis hijos o nietos.
20:51Yo confieso que me quedé tan aterrada que mejor me callé.
20:58Pensé que podría haber sido una equivocación causada por él.
21:02Podría haber sido una equivocación causada por un error médico, sin peores intenciones.
21:09Pero después me enteré de casos de conocidas mías tratadas por él y que murieron.
21:19Y sus joyas se esfumaron.
21:22La culpa de todo caía siempre sobre los esclavos.
21:25Pero no, era él el asesino, el propio médico que debía velar por la vida de sus pacientes.
21:35Se había transformado en un monstruo asesino, un verdugo, maligno, fatal.
21:41Es lo que he venido repitiendo en el juicio.
21:44¡Orden! ¡Orden en el tribunal!
21:47¡Protesto!
21:49Pido que el testimonio de la baronesa no conste en los autos, que no sea considerado.
21:55No hay pruebas, sólo su palabra.
21:59¿Y qué razón tendría ella para mentir?
22:01¡Protesta denegada!
22:03¿La señora baronesa de vista alegre tiene alguna cosa que agregar?
22:07Sí, yo no tengo razón alguna para mentir.
22:11No conozco a la acusada, jamás la vi.
22:14Y si yo vine a este tribunal, fue por mí y por todas las señoras que, como yo,
22:21tuvieron la desgracia de caer en las manos del infame Dr. Paulo.
22:27Yo tuve más suerte, escapé con vida, pero ellas murieron.
22:33¡Fueron asesinadas!
22:36Por miedo al Dr. Paulo, yo tuve que dejar mi ciudad natal, Campos, y me mudé a Macaé.
22:44Y por miedo al Dr. Paulo, yo vivo recluida hace mucho tiempo.
22:50Y repito, no conozco a la acusada.
22:54Pero si puedo decir alguna cosa que la consuele,
22:58diré sólo dos palabras.
23:01Doña Elena, muchas gracias.
23:10¡Orden! ¡Orden en el tribunal!
23:13Señores jurados, pueden reunirse para dar el veredicto.
23:33Tienes que mover muy bien esa batea para revisar bien la arena.
23:38¿Ves, Anastasio? ¡Bien, eso!
23:42¡Está hermoso, hermoso!
23:48¿Pero qué tiberio no sabe cómo trabajar en la mina?
23:51Yo tengo talento y es para hallar las cosas.
23:54Sí, entonces trata de hallar un diamante de los buenos, ¿ves? ¡Bien grande y bonito!
23:58Está bien, patrón.
24:00Quiero un diamante bien grande, para poder hacer de nuestro quilombo,
24:05¡el quilombo más rico de este mundo!
24:08Yo sé que lo vas a hallar, muchachos, ¡yo lo sé!
24:12¡Vengan!
24:17¿Sirven los de aquí?
24:22¡Pero mira eso!
24:26¡Yo nunca vi tanto diamante bruto en una batea así!
24:29¡No, amigo, por Dios, que esto parece magia!
24:33¡Vengan, amigos!
24:35¡Tiberio! ¡Tiberio halló diamantes! ¡Miren cuántos diamantes, miren!
24:39¡Vean esto, miren!
24:41¡Cuántos!
24:45Tiberio, mira, pero todo es diamante grandote.
24:48El diamante, para salvar a nuestra gente y hacer de nuestro quilombo una fortaleza,
24:55para que ningún cazador de esclavos invada este lugar.
24:58¡Viva Tiberio, amigos!
25:01¡Viva Bernardo, que es bueno y que divide su fortuna con nosotros!
25:11¡Somos ricos!
25:19¡Oye, Tiberio! ¡Oye, Tiberio!
25:22¿Dónde está ese muchacho?
25:24¡Muchacho!
25:26¿Qué pasó? ¿Qué?
25:28Tal vez, yo estoy pensando que este muchacho vino aquí solo para hallar diamantes y ya se escapó.
25:33Sí, muchacho suertudo. Yo pienso que ese parece, ¿saben a quién?
25:38A aquel tan negrito del pastoreo, ¿verdad?
25:43Ustedes son igual a un montón de hierba dañina, ¿eh?
25:47No, yo no quiero que estén en mi jardín, ¿eh?
25:53El señor Lucio era un hombre vil, ¿eh?
25:56Él merecía morir, ¡eso!
25:58Y ahora yo me voy, ¡yo me voy!
26:00¡Ya voy! ¡Déjenme! ¡Déjenme!
26:03¿Se ha vuelto locura?
26:05Bebió mucho.
26:07¡Tengo mucha rabia! ¡Déjenme! ¡Déjenme!
26:10¡Calma, hombre! ¿Qué he dicho? ¿Le picó a usted?
26:13No está bien, no. No está nada bien.
26:16Entonces yo voy tras él para que no haga ninguna bobería.
26:19Ve, hijo, ve. Pero cuidado porque enloqueció.
26:23Atención para el veredicto del inminente tribunal del jurado
26:28de la comarca de Campos de Goitacaces del Imperio de Brasil.
26:34Por unanimidad, el jurado deliberó que la acusada,
26:39señora Elena Acuña Pereira, actuó en legítima defensa.
26:44Declaro, por lo tanto, que la acusada fue absuelta.
26:47¡Orden! ¡Orden en el tribunal!
26:52Gracias, señor Geraldo.
26:54¡Bravo, don Geraldo! ¡Lo luchó!
26:56¡Muchas gracias! ¡Gracias, señor!
26:58No hay nada que agradecer, doña Elena.
27:00¡Déjenme! ¡Déjenme! ¡Déjenme!
27:02¡Mi amor mío!
27:04¡Acusa, doctor! ¡Acusa, doctor!
27:06¡Papá!
27:08¡Qué felicidad! ¡Te absolvieron!
27:10¡Ay, gracias a Dios!
27:12Es bueno ver que la justicia consiste en la justicia.
27:15Es bueno ver que la justicia funciona de verdad.
27:18¡Ay, qué maravilla!
27:22¡Hermana! ¡Hermana!
27:24¡Lo logramos! ¡Lo logramos!
27:29Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
27:33Ah, cuente más.
27:35No, ya me tengo que ir.
27:37Doña Yoconda debe estar por llegar,
27:40y le prometí a mi hijo que voy para la nueva hacienda.
27:42Así que ahora ustedes vienen, se despiden y me dan un beso.
27:48Adiós, doña Perpetua.
27:51Adiós, iremos a visitarla ya, ¿está bien?
27:54Siempre.
27:57Adiós, mis amores.
28:01Bien, ahora me tengo que ir de verdad.
28:05Pero tú no debes llorar, ve a verme siempre.
28:08Claro, juro que iré.
28:13Dame un beso.
28:22¡Qué locura, Gabriel!
28:24Tus labios son tan dulces.
28:26Dulces como tu alma.
28:32Oiga, la señora Isaura está en la cárcel, ¿sabes?
28:35Entonces yo estoy aquí de señora de hacienda.
28:39¿Cuántas señoras?
28:41Y todas con mucho trato social.
28:45Mire, yo debería ser más señora que Isaura, porque yo soy hija del coronel.
28:50Ella solo es hija de un carnicero dueño del almacén de carne seca.
28:55Y como ella es la novia del señor Álvaro,
28:59pues ella ya se volvió dueña de hacienda.
29:02¿Esto puede ser justo?
29:04No, no puede.
29:06No puede.
29:08Yo odio a Isaura.
29:10Yo también odio a Isaura.
29:12Me robó a mi novio.
29:14Ella quería robar a mi hombre también,
29:17pero él es pobre y esclavo, ¿entiendes?
29:20Ella solo quiere hombres de dinero.
29:23No sabía.
29:25No sabía.
29:27Un pajarito me contó que el señor Álvaro
29:29Lo sabía.
29:31Un pajarito me contó, Rosa,
29:33que tu odio por Isaura es tan grande como el mío, ¿no?
29:37Oiga, yo creo que no es tan grande como el suyo, es mayor.
29:42Yo odio a Isaura desde el fondo de mi corazón, ¿sabe?
29:46Entonces tú me vas a ayudar.
29:49¿O no?
29:51Sí.
29:53Todo lo que usted quiera.
29:55Escúchame.
29:57Oye, Álvaro se muda para acá.
29:59A la madre.
30:01Voy a perder mi lugar de señora de nuevo.
30:04¡Qué rabia, asco de vida!
30:06Y si tú me ayudas, Rosa,
30:09no te arrepentirás.
30:12Toma.
30:14Es para ti.
30:16No, no lo haga yo.
30:18Lo hago de buen gusto.
30:20Para mí maltratar a Isaura es ya el mayor pago que puedo tener.
30:23Yo prefiero pagar, Rosa,
30:25si eso no te incomoda.
30:27Toma.
30:29No, no me incomoda.
30:31Unas monedas más siempre es bueno, ¿no?
30:33¿Y qué tengo que hacer?
30:36Primero,
30:38tú tienes que dejar la puerta bien abierta
30:41para que yo entre durante la noche.
30:44Ah, sí.
30:46Usted puede estar tranquila
30:48que voy a dejar la puerta entrecerrada.
30:50Después,
30:52cuando Álvaro esté merendando,
30:55tú aprovechas,
30:57pasas a su cuarto,
30:59y viertes esta poción en el agua de la jarra.
31:02¿Entendiste?
31:06Entendí.
31:09Entendí todo lo que dijo.
31:11Voy a hacer eso que usted quiere.
31:14Voy a tener a Álvaro de vuelta, claro.
31:17Pero Isaura...
31:20Isaura será condenada por la muerte de Leoncio.
31:24¿No lo sé?
31:25No lo sé.
31:28Hay más de una persona que sabe que
31:31Isaura no es culpable.
31:33¿Quién?
31:35¿Alguien observó el crimen? ¿Quién fue?
31:39El...
31:41señor Belchior.
31:43Y el señor Martiño, el capitán, ya lo saben todos, sí.
31:46Yo aquí solo puedo rezar
31:48para que Isaura continúe en la cárcel.
31:50Pero el señor Belchior contó todo,
31:52el señor Martiño, aquella bestia, no debió decir nada.
31:53Pero ahora, el señor Martiño también sabe todo.
31:56Eso es muy malo, muy, muy malo.
31:59Qué bien que me lo hayas contado, Rosa.
32:02Muy bien.
32:04Ahora yo me voy.
32:06Ellos están por llegar.
32:10Que estés bien, amiga.
32:13Pásela bien, amiga blanca.
32:24Mmm.
32:47Ay, Yoconda, Yoconda querida.
32:50Es como si me hubiese quitado una piedra de mi corazón.
32:54Tenía tanto miedo de que Elena fuese condenada.
32:57Ahora, todo es fiesta y alegría en mi vida.
33:01Agradece a Dios, mi cielo.
33:04Es como dijo el gran Cervantes en Don Quijote.
33:08La buena educación manda agradecer los beneficios recibidos.
33:14Y uno de los pecados que más sorprenden a Dios
33:17es la ingratitud.
33:19Con todo eso, mi cielo, debo hacer una confesión horrible, ¿sabes?
33:25La muerte de Leoncio para mí ya no es una tragedia.
33:29Ya es un alivio.
33:31Ay, para mí entonces, mi cielo, ni se diga.
33:36Yo tenía miedo de salir a la calle por temor a una emboscada.
33:41Ahora, con la muerte de Leoncio, yo estoy muy feliz.
33:45Con la muerte de Leoncio, yo estoy mucho más tranquila.
33:50Por fin ya nos podemos casar.
33:54Mandé correr las amonestaciones.
33:58Solo una cosa me preocupa aún.
34:02¿Qué es, querida?
34:04Que la policía descubra que alguien de nuestras familias mató a Leoncio.
34:10No, esa preocupación ya no es nuestra.
34:13Esa esclava, o mejor dicho, ex-esclava, va a ser condenada por ese crimen.
34:19Ay, pero aún así es muy triste.
34:23No te olvides que ahora Isaura es centenada de mi hija.
34:28Sí, mi amor, pero no ha de ser por eso que vamos a dejar de casarnos, ¿verdad?
34:34¿Libre? ¿Doña Elena está libre? Ay, gracias a Dios.
34:39Muy pronto serás tú quien esté libre, mi amor.
34:42Y por eso, hija, yo pensaba, si no sería mejor que tú alegues legítima defensa.
34:48No, padre, fue lo que Doña Elena hizo con éxito.
34:52Sí, pero en el caso de ella es verdad y en el mío no lo es.
34:56Estoy muy preocupada por la carta que recibió.
34:59¿Pero de qué está hablando?
35:01De esta carta anónima que nos mandaron, ten.
35:11Pero...
35:13Yo conozco esta letra.
35:16¿Estás segura, Isaura?
35:19Mi padre al fin dio su bendición.
35:22¡Ya nos podemos casar!
35:24Nuestra felicidad parece aún mayor después de toda la angustia que pasamos.
35:29Es verdad.
35:31Nadie da más valor a la vida que quien estuvo amenazado de perderla.
35:37De la misma forma, nadie aprecia más la libertad que quien fue presa como yo.
35:45Como yo también, mi amor.
35:47Pero la vida es así.
35:49Ella nos enseña por los contrastes.
35:52Sólo quien ha sentido dolor sabe el verdadero valor de la salud.
35:57¡Ay, Diego!
35:59¡Estoy tan feliz, pero tan feliz!
36:03Que me siento como si yo fuese un pájaro que pudiese volar.
36:06Si el amor no se pierde en vida ausente, menos se perderá por muerte oscura.
36:11Porque si el alma vive eternamente, el amor es hecho de alma y siempre dura.
36:18Ya hace tiempo había preparado estos versos de Camões
36:22con la intención de decirlos para ti, Enrique.
36:25¿Qué te parece?
36:27¿Qué te parece?
36:29¿Qué te parece?
36:31¿Qué te parece?
36:32Ya había preparado estos versos de Camões con la intención de decirlos para ti, Enrique.
36:39Bendito los poetas que con sus versos inspiran amor en las almas enamoradas.
36:45Bendito Camões que nos unió.
36:47¿Tú crees que Camões imaginaba que sus versos iban a encender el amor durante siglos después de su muerte?
36:54Yo creo que sí.
36:56Un gran poeta como Camões sabe que no escribe solo para su tiempo, sino para la eternidad.
37:01Siento como si estuviese renaciendo.
37:04Vaya, Aurora.
37:06Casémonos ya.
37:09Pero hay una cosa que me preocupa aún, como un presagio de tempestad.
37:14¿De qué tienes miedo?
37:17Tengo miedo de que tú seas...
37:21el asesino de Leoncio.
37:22Será un placer compartir la compañía de ustedes mientras esté aquí, en la hacienda nueva de mi hijo.
37:29Un placer recibir a la señora aquí.
37:33El placer es todo mío.
37:36Yo soy Rosa.
37:38Rosa da Silva Cuña.
37:40Sí, porque yo soy hija del coronel Sebastián Cuña, ¿sabe?
37:44Ya oí hablar mucho de ti.
37:46Y distraerte.
37:47¿Y tu padre ya te dio la libertad?
37:49No, no.
37:51Él me dejó aquí castigada.
37:53Él no me quiere mucho a mí, así, de verdad, ¿no?
37:56Porque yo soy bastarda, ¿sabes?
37:58Soy esclava también, y él me dice burrota.
38:00Pero un día yo voy a ganar mi carta de libertad, claro.
38:03Y voy a dejar de ser esclava.
38:05Usted va a ver.
38:07Rosa no tuvo suerte.
38:09Sí.
38:11No, no.
38:12Si se hubiese quedado aquí en la hacienda, ya estaría libre, como todos nosotros.
38:15El señor Álvaro, su hijo, es muy bueno.
38:18Sí.
38:20Él dio la libertad a todos los esclavos de aquí, de la hacienda.
38:23Mi hijo siempre ha estado contra la esclavitud.
38:26¿El señor Álvaro viene hoy?
38:28Vendrá más tarde.
38:30¿Reconoces la caligrafía?
38:32Sí.
38:34¿La caligrafía?
38:36Sí.
38:38La caligrafía.
38:39Vendrá más tarde.
38:41¿Reconoces la caligrafía?
38:43¿De quién es esa letra, hija mía?
38:45Yo no logro recordar bien.
38:49Son garabatos muy mal escritos.
38:52Realmente no puede llamarse a eso caligrafía.
38:56Yo no tengo la certeza, pero parece que la he visto antes.
39:00Son garabatos que quien lo escribió sabe leer y escribir mal.
39:04¿Como el señor Belchior, por ejemplo?
39:06No, yo no quiero acusar a nadie sin tener la certeza.
39:09Hija, si tú reconociste la letra.
39:12Sí, porque con certeza es de alguien que era de la hacienda de los Almeida.
39:15No, como doña Tomasia dijo, son solamente garabatos de quien escribe mal.
39:20Por eso tuve la impresión, pero yo no puedo acusar a nadie, solo por eso.
39:24A mí me parece que es alguien que lo escribió con la mano izquierda.
39:28O con la derecha, señor Miguel, si fuese zurdo.
39:30Yo, yo debo decir que ya conocía el mágico talento de sus palabras en la poesía.
39:38Usted supo inspirar en mis sentimientos puros con sus versos.
39:43Al menos de gratitud.
39:46Aún es poco.
39:48Tengo que hacer versos mejores, porque no anhelo solo su gratitud.
39:52Pero sí, su amor por toda la vida.
39:55¿Quién sabe, si el mismo amor usted no lo hizo ya brotar en mi corazón?
40:01Esto sí me suena como la promesa de mayor felicidad que yo anhelo en esta vida.
40:06Pero también le quiero decir, es que usted no es solo talentoso para la poesía,
40:13pues su discurso, señor Geraldo, su argumento de defensa,
40:17demuestra su gran talento como abogado.
40:20Un elogio se vuelve mil veces más encantador,
40:24viniendo de sus deliciosos labios, mi amada Malvina.
40:29Cuando mi luto pase, Geraldo,
40:33yo seré su esposa.
40:35¡Mil gracias!
40:38Eso es un gran honor.
40:41Yo seré su esposa.
40:44¡Mil gracias!
40:46¿Eso es un sí a mi pedido de matrimonio?
40:50Sí, pero por favor no me bese aquí.
40:54Toda mi familia está presente y no estaría bien.
40:57Y no quiero que digan que es falta de respeto a la memoria de Leoncio,
41:01hace tan poco tiempo que él murió.
41:04Mis labios lo desean,
41:06pero aún no pueden besar los suyos con libertad.
41:09De estos mismos labios, solo por la promesa de la felicidad,
41:13van a brotar palabras que van a besar su alma, mi amada.
41:30No, no puede ser.
41:33No puede ser, por Dios.
41:35Con permiso.
41:36¿Qué pasa, Malvina?
41:38¿Estás bien, hermana?
41:40No, no estoy nada bien, Enrique.
41:43El capitán Martiño acaba de mandar una carta
41:46diciendo que ya sabe quién mató a Leoncio.
41:48Ahora él quiere vernos porque cree que esta información vale un buen dinero.
41:52¿Y ahora, Dios mío?