• hace 3 meses
En un verano especialmente caluroso, es esencial recordar los riesgos que corren nuestros amigos de cuatro patas al beber de bebederos públicos.

En verano, los dueños se enfrentan a retos como el asfalto caliente o la dificultad para mantener frescas a sus mascotas, sobre todo en la ciudad.

A pesar de que estos bebederos suelen estar disponibles en zonas y locales públicos, pueden suponer un riesgo para la salud de los perros.

Según Lori Teller, veterinaria de la Facultad de Medicina Texas A&M, el agua de bebederos puede contener contaminantes peligrosos si no se cambia con regularidad.

Si no se limpian adecuadamente, los bebederos públicos pueden acumular bacterias, toxinas, hongos y otras sustancias perjudiciales para los perros.

Los perros pueden contaminar el agua con las patas sucias u otros restos, lo que aumenta el riesgo de enfermedades como la bronquitis canina o la salmonela.

La mejor alternativa es llevar siempre contigo un cuenco portátil y agua fresca para evitar que el perro beba de fuentes inseguras.

En cualquier caso, es esencial mantener limpio el cuenco del perro lavándolo regularmente con agua y jabón.
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