La variedad de leche disponible puede confundir a la hora de comprar. He aquí las principales diferencias para que puedas elegir el tipo que más te conviene:
Entera: Contiene al menos un 3% de grasa y es ideal para quienes no tienen restricciones calóricas. Conserva las grasas naturales, sacia más y tiene una textura más cremosa para las recetas.
Semidesnatada: Contiene entre un 0,6% y un 2,9% de grasa y es un término medio entre la entera y la desnatada. Es adecuada para quienes desean reducir calorías manteniendo cierta consistencia y sabor.
Desnatada: Contiene hasta un 0,5% de grasa, lo que da lugar a una consistencia más acuosa. Es ideal para quienes necesitan reducir su ingesta de calorías y grasas, pero pueden perder algunas vitaminas liposolubles.
Sin lactosa: la lactosa se descompone en glucosa y galactosa, lo que hace que la leche sea más dulce. Se recomienda a los intolerantes a la lactosa y no es apta para diabéticos.
Pasteurizada: Debe conservarse en el frigorífico y tiene una vida útil más corta, de unos 15 días. Conserva el sabor de la leche natural, pero puede no tener suficientes probióticos.
UHT: Tiene una caducidad de 3 a 4 meses debido al proceso de envasado que la protege de la luz y los microorganismos. Ideal para quienes compran leche en grandes cantidades.
Leche A: De lujo, con normas estrictas desde la producción hasta la transformación. Es más exigente en términos de calidad.
Leche A2: Producida por vacas con genética A2A2, apta para alérgicos a la caseína, la principal proteína de la leche.
Entera: Contiene al menos un 3% de grasa y es ideal para quienes no tienen restricciones calóricas. Conserva las grasas naturales, sacia más y tiene una textura más cremosa para las recetas.
Semidesnatada: Contiene entre un 0,6% y un 2,9% de grasa y es un término medio entre la entera y la desnatada. Es adecuada para quienes desean reducir calorías manteniendo cierta consistencia y sabor.
Desnatada: Contiene hasta un 0,5% de grasa, lo que da lugar a una consistencia más acuosa. Es ideal para quienes necesitan reducir su ingesta de calorías y grasas, pero pueden perder algunas vitaminas liposolubles.
Sin lactosa: la lactosa se descompone en glucosa y galactosa, lo que hace que la leche sea más dulce. Se recomienda a los intolerantes a la lactosa y no es apta para diabéticos.
Pasteurizada: Debe conservarse en el frigorífico y tiene una vida útil más corta, de unos 15 días. Conserva el sabor de la leche natural, pero puede no tener suficientes probióticos.
UHT: Tiene una caducidad de 3 a 4 meses debido al proceso de envasado que la protege de la luz y los microorganismos. Ideal para quienes compran leche en grandes cantidades.
Leche A: De lujo, con normas estrictas desde la producción hasta la transformación. Es más exigente en términos de calidad.
Leche A2: Producida por vacas con genética A2A2, apta para alérgicos a la caseína, la principal proteína de la leche.
Category
🛠️
Estilo de vidaTranscripción
00:00¡Suscríbete y activa la campanita!
00:30¡Suscríbete y activa la campanita!
01:00¡Suscríbete y activa la campanita!
01:30¡Suscríbete y activa la campanita!
01:40¡Suscríbete y activa la campanita!
01:50¡Suscríbete y activa la campanita!