• hace 8 meses
Investigadores de la Universidad de Rochester creen que los tóxicos ambientales podrían estar desencadenando la enfermedad de Parkinson.
Casi un millón de estadounidenses padece Parkinson, y otros 90.000 son diagnosticados cada año.
El estudio publicado en el Journal of Parkinson's Disease sugiere que la enfermedad comienza en el cerebro por inhalación o en el cuerpo por ingestión.
Los pesticidas utilizados en la agricultura, los disolventes tóxicos utilizados en la limpieza en seco y la propia contaminación atmosférica se han relacionado con el desencadenamiento de la enfermedad de Parkinson por inhalación.
Las toxinas ingeridas que pueden desencadenar la enfermedad suelen estar presentes en el agua.
El agua contaminada con pesticidas y las sustancias químicas industriales que contaminan las aguas subterráneas se han relacionado con el desarrollo del Parkinson.
"El momento, la dosis y la duración de la exposición son clave para determinar quién desarrolla finalmente el Parkinson... estas exposiciones probablemente ocurrieron años o décadas antes de que se desarrollaran los síntomas", dijo el investigador Dr. Dorsey de la Universidad de Rochester.
Actualmente no existe cura para el Parkinson, pero hay varias opciones de tratamiento disponibles para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Los investigadores creen que una normativa más estricta y un mejor seguimiento de los tóxicos presentes en los alimentos y el agua reducirían el riesgo de exposición a estas toxinas.

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