Los tiburones de punta blanca son animales elegantes y hermosos que viven en muchas aguas del mundo. Estos tiburones tienen su hogar en Papúa Nueva Guinea, donde patrullan los altos pilares que se levantaron tras las erupciones volcánicas submarinas de hace millones de años. Los tiburones se alimentan de los peces más pequeños que habitan en los salientes rocosos y del coral que crece en ellos. Un grupo de submarinistas se ha adentrado en el océano para estudiar a los tiburones y recopilar fotografías y vídeos de su comportamiento alimentario. Entender a los tiburones es un primer paso crucial para ayudar a su conservación. Con restos de pescado, se anima a los tiburones a acercarse para verlos de cerca. Esto ayudará a los investigadores a observar y registrar lesiones, parásitos, tasas de crecimiento y otros datos importantes. El cebo hace su trabajo y los tiburones muestran muy poca timidez. Algunos incluso se acercan lo suficiente como para recibir literalmente un masaje en el vientre. Sin embargo, existe una estricta política de no intervención, ya que interactuar físicamente con la vida animal suele ser irresponsable. Un tiburón estaba participando en lo que se conoce como comportamiento de prueba. Las puntas blancas golpean a un buceador, o a otra presa, para ver cuál es su reacción. Cualquier reacción que se considere sumisa o temerosa fomentará un seguimiento más agresivo, con consecuencias potencialmente graves. Es aconsejable demostrar que no se permitirá que el tiburón muerda sin desafío. Esta investigadora hace exactamente lo mismo que un buceador experimentado y seguro de sí mismo y le muestra al tiburón que no permitirá una mordedura.brbrAunque se debe evitar tocar a los tiburones a toda costa, ésta es una excepción definitiva. El tiburón no estaba herido de ninguna manera y el golpe no causaría dolor. La nariz de un tiburón es lo suficientemente dura como para que apenas sienta el impacto de un puñetazo humano. Pero el mensaje fue claro y el tiburón se giró bruscamente en otra dirección.brbrVer a estos increíbles animales lo suficientemente cerca como para tocarlos nunca pasa de moda. También demuestra que los tiburones rara vez atacan a un humano con la intención de morderlo, a menos que éste actúe con miedo o de forma irresponsable.
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