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Establecida en el corazón de una antigua hacienda agrícola y ganadera del siglo XVIII. Esta hacienda tiene un significado histórico notable, ya que fue el lugar donde pasó su infancia Miguel Hidalgo y Costilla, cuyo padre, Cristóbal, era el administrador de la propiedad. Desde 1996, la finca se dedica a la producción de uno de los tequilas más reconocidos de México. Con cinco grandes hornos y bodegas donde reposan barricas de roble americano, la hacienda ofrece una experiencia única. Además, la casona conserva sus enseres domésticos centenarios, funcionando como un museo que transporta a sus visitantes al pasado

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