• hace 11 meses
Los agujeros negros son objetos invisibles de una fuerza inimaginable, extraños caprichos de la naturaleza. Sabemos que son elementos reales del cosmos, lugares con una gravedad tan profunda que nada puede escapar, ni siquiera la luz. Objetos que deforman el mundo a su alrededor, obligando al tiempo y al espacio a adoptar nuevas características.
La Vía Láctea es un hervidero de ellos: cientos de millones de agujeros negros del tamaño de Manhattan orbitan, invisibles, entre las estrellas. Y en el centro mismo de nuestra galaxia acecha un gigante: un agujero negro supermasivo con una masa millones de veces superior a la de cada uno de sus parientes más pequeños.

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