Resulta complicado decidir si es algo ridículo, grotesco, estrafalario, esperpéntico o un delirio, pero no es para tomárselo a broma.
Todavía no puestas las mechas en los cartuchos de dinamita con los que esperan en breve volar la cruz del Valle de los Caídos, al alimón con Pedro Sánchez y los sectarios del PSOE, los de Podemos planean ya ‘secar’ los pantanos españoles, porque en su opinión son ‘franquistas’.
No creo que incluyan en la lista el embalse de Proserpina, situado a 4 kilómetros de Mérida, que construyeron los romanos en el siglo I antes de Cristo, pero si consuman sus desquiciados planes, van a dejar la Península Ibérica como una era.
En su Programa, en el punto 9 del epígrafe titulado ‘Horizonte Verde y Nuevo Modelo Industrial’, los podemitas proponen textualmente abandonar el “viejo modelo franquista de pantanos y obras faraónicas, que han hundido y obligado a abandonar tantos pueblos”.
Ofrecen como sustituto ‘una nueva cultura del agua’, asunto sobre el que no elaboran, limitándose a adjetivar que tendrá una gestión “inteligente, eficiente y ecológica”.
Para partirse de risa, si estos mamarrachos no estuvieran en el Gobierno de España, sosteniendo a Sánchez y no acabáramos de ver que esta tropa es capaz de aprobar bodrios como la Ley Trans, la liberticida Ley de Seguridad Nacional y un espanto digno de Orwell llamado Ley de Memoria Democrática, que, de salir adelante y dentro de unos meses, puede acabar conmigo en la cárcel, pagando multas de hasta 150.000 euros y con Periodista Digital cerrado por la censura.
En España hay más de 350 embalses con una capacidad de almacenamiento de 54.000 hectómetros cúbicos.
De todos esos pantanos, Franco inauguró unos 200.
Todavía no puestas las mechas en los cartuchos de dinamita con los que esperan en breve volar la cruz del Valle de los Caídos, al alimón con Pedro Sánchez y los sectarios del PSOE, los de Podemos planean ya ‘secar’ los pantanos españoles, porque en su opinión son ‘franquistas’.
No creo que incluyan en la lista el embalse de Proserpina, situado a 4 kilómetros de Mérida, que construyeron los romanos en el siglo I antes de Cristo, pero si consuman sus desquiciados planes, van a dejar la Península Ibérica como una era.
En su Programa, en el punto 9 del epígrafe titulado ‘Horizonte Verde y Nuevo Modelo Industrial’, los podemitas proponen textualmente abandonar el “viejo modelo franquista de pantanos y obras faraónicas, que han hundido y obligado a abandonar tantos pueblos”.
Ofrecen como sustituto ‘una nueva cultura del agua’, asunto sobre el que no elaboran, limitándose a adjetivar que tendrá una gestión “inteligente, eficiente y ecológica”.
Para partirse de risa, si estos mamarrachos no estuvieran en el Gobierno de España, sosteniendo a Sánchez y no acabáramos de ver que esta tropa es capaz de aprobar bodrios como la Ley Trans, la liberticida Ley de Seguridad Nacional y un espanto digno de Orwell llamado Ley de Memoria Democrática, que, de salir adelante y dentro de unos meses, puede acabar conmigo en la cárcel, pagando multas de hasta 150.000 euros y con Periodista Digital cerrado por la censura.
En España hay más de 350 embalses con una capacidad de almacenamiento de 54.000 hectómetros cúbicos.
De todos esos pantanos, Franco inauguró unos 200.
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