• hace 4 años
Nabucodonosor levantó una estatua de puro oro de 30 metros de altura aproximadamente, todos los habitantes de Babilonia estaban obligados a postrarse ante el ídolo ni bien sonara la música señalada, caso contrario serían lanzados al horno de fuego; Sadra, Mesac y Abed-nego, fueron los únicos que no se postraron, se mantuvieron fieles al punto de desafiar al rey; Nabucodonosor los mandó lanzar al horno de fuego, donde milagrosamente fueron salvados por una "semejante al hijo de Dios" según Nabucodonosor.