Hace años que la bioimpresión de tejidos acapara el esfuerzo y la atención de científicos en todo el mundo. Los equipos de las universidades de Rice (texas) y Whashintong, en Estados Unicos, han logrado dar un paso de gigante Han utilizado una nueva técnica de bioimpresión en tres dimensiones utilizando como ingrediente un colorante alimentario muy común la tartrazina, con el que han fabricado la compleja red vascular que suministra sangre y con ella todos los nutrientes que necesitan los órganos humanos para tener funcionalidad, vida. En este caso lo han logrado generar tras general con hidrogel un saco como si fuera un pulmón y en torno a él la red vascular que lo alimenta. También trabajan con creaciones bioimpresas con células de hígado para ensayar en ratones. El trabajo se publica en la revista Science.
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