La Guardia Civil se llevaba a la abogada Rosario Porto poco después de la incineración de la pequeña. Le acusaban del homicidio de su propia hija. El relato de los hechos era claro. Sobre las ocho se pierde la pista. La autopsia revela es asesinada una hora después. A las diez y media presentan la denuncia. Pasada la una aparece el cuerpo a unos diez kilómetros en una pista forestal. Por eso, era crucial saber qué paso entre las ocho y las nueve. Una cámara de seguridad en la zona puede incriminar ahora a la madre de la pequeña. Parece que en unas imágenes aparecen madre e hija en un coche conducido por la propia Rosario. Rosario Porto fue la última que vio a Asunta con vida. La dejó en su casa del ensanche Compostelano para hacer unos recados. Cuando llegó, asegura, encontró la alarma puesta y la puerta cerrada. No había ni rastro de Asunta. En la denuncia por la desaparición, la madre habla de un extraño episodio. Ocurría en julio de madrugada. Afirma que se despertó por un grito de su hija, entonces encuentra en el pasillo a un hombre con guantes de látex huyendo. No pudo retenerlo, dijo. Un extraño relato que levantó la sospecha de los investigadores y que esta mañana era desconocido por la propia portavoz de la familia. Rosario Porto, sorprendentemente, nunca denunció el hecho.
Category
🗞
Noticias