Este lunes, el casco viejo de Vitoria amanecía con sus cárteles pro etarras. Esa noche, la Ertzainzta los retira, así que el martes sobre ese muro no quedaba ni una foto, pero un día después, no sólo han vuelto a aparecer, sino que en la calle también han colocado varias pancartas. Es el ejemplo más claro del pulso que mantienen los radicales con el Gobierno vasco por el espacio en las calles. Pulso que en municipios como Tolosa ha perdido el entorno de ETA. Un paseo por sus calles, lo refleja; en este municipio guipuzcoano es difícil encontrar pintadas o carteles que enaltezcan a la banda terrorista. Para el concejal de Tolosa, Oscar Renedo, es lo normal. "Día a día vas viendo que la calle no es solamente de unos pocos, no es de los de siempre, la calle empieza a ser un poco más de todos que es lo que se estaba buscando". La calle es más de todos y para este concejal socialista, que tiene que ir con escolta, es además más segura. "Sobre todo las víctimas que han sido ofendidas durante años con esas imágenes y con esas pintadas, el que ahora no tengas que soportar eso te da un poco más de aspecto de normalidad, yo sí me encuentro más protegido ahora". Lo que no era normal, dice este concejal, es que las pintadas, las fotografías de los presos o los emblemas de ETA formaran parte del paisaje cotidiano del pueblo.
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