En 2011 un prototipo de Audi A5 mostraba cómo podía inclinar su carrocería en las curvas para contrarrestar la fuerza centrífuga, aumentando el confort y reduciendo el riesgo de mareo. En 2017 el sistema de suspensión pendular parece listo para el nuevo Audi A8... un preludio de la vida a bordo del coche de conducción automatizada.
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