• hace 10 años
HCF: Los oficiales y suboficiales que insurgimos el 4 de febrero lo hicimos porque realmente no había ningún otro camino, no había ninguna otra opción para romper el esquema de dominación del régimen. Insurgimos con las armas, cumpliendo además una obligación constitucional, como lo señala el artículo 132 de la Carta Magna, cuando habla de la función de las Fuerzas Armadas Nacionales y el ya referido anteriormente artículo 250 de la misma, el cual autoriza a los pueblos para hacer uso del derecho a la rebelión. El 4 de febrero, ciertamente nosotros no pudimos romper definitivamente el esquema de dominación, pero sí lo fracturamos, sí lo resquebrajamos de manera muy evidente. Pusimos en marcha la noche del 3 de febrero el plan de operaciones Ezequiel Zamora, el plan de acción militar, con el objetivo militar y político de deponer al actual régimen, al actual gobierno y convocar a un gobierno provisional, con amplia participación de los más diversos sectores de la sociedad civil venezolana; un gobierno de transición con nuevos actores que pusiera en marcha un programa de gobierno de emergencia para sembrar las bases de un profundo proceso evolutivo de transformación.

Y aquí caemos entonces en nuestra propuesta, que ya hemos hecho pública después del 4 de febrero. Anteriormente a esa fecha, por razones obvias, no podíamos hacerlo. Esa propuesta para la discusión con la sociedad civil venezolana es lo que hemos denominado el Proyecto Nacional Simón Bolívar.

EL TEATRO DE OPERACIONES CENTRAL, DENTRO DEL PLAN EZEQUIEL

Zamora, se extendía para el 3 de febrero, 4 de febrero, desde el Campo de Carabobo, en los límites de aquel estado con Cojedes, hasta Maiquetía, ya en las riberas del mar Caribe. Es decir, incluía los estados Carabobo, Aragua, Guárico, Miranda y el Distrito Federal. En todo ese inmenso teatro de operaciones estaban ubicadas bajo mi mando las siguientes unidades: una brigada de infantería en Caracas, la IV División de Infantería en Maracay, de la cual depende la Brigada de

Paracaidistas, la Brigada Blindada en Valencia, además de las unidades de apoyo de artillería y apoyo misilístico en San Juan de los Morros y Maracay, respectivamente, y el apoyo aéreo requerido para la operación. Toda esta gran unidad organizada en este teatro de operaciones —repito— quedó en aquella jornada bajo mi mando. Dentro de la concepción operacional del plan Ezequiel Zamora fue definido el lugar exacto de ubicación del puesto de comando principal en la colina de La Planicie, donde funciona el Museo Histórico Micionariolitar, de manera tal que nadie que no tenga intereses ocultos puede señalar que mi persona no se hizo presente en el teatro de los acontecimientos, como usted lo ha señalado.

Es más, hay que reconocer que la presencia física de un comandante en un objetivo específico es inconveniente pues pierde la capacidad de control estratégico sobre el área de reacciones.

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